El 23,5% de caída de la producción de la soja, según informó el propio sector, impacta directamente en las cuentas del agricultor, señaló Ferreira.
Este hecho, sumado a la refinanciación que data del 2015, coloca al productor en una situación donde corre el peligro de descapitalizarse, continuó el analista. “Es donde se necesita algo que venga de una política pública”, agregó.
Para el exministro, el Gobierno dio una buena señal con las resoluciones del Banco Central del Paraguay (BCP) que permiten la refinanciación del sector agropecuario; sin embargo, consideró que esto es recién el comienzo.
Opciones. Consultado sobre qué más se puede hacer, dijo que hay que considerar que el banco necesite fondeo para que el productor pueda hacer frente a esto; o bien, se podría hacer una liberación parcial de los encajes de dólares para generar menor presión al tipo de cambio, entre otras medidas.
“El proceso de pérdida de activos se tiene que evitar, que no tengan dinero para plantar, lo cual traerá una reducción de área sembrada en el futuro”, reflexionó.
Esto tendrá su impacto en el PIB y también en la cadena vinculada a la producción de oleaginosas, agregó. “El impacto a largo plazo depende de qué se haga al respecto”, reiteró.
Situación. Recordó que el sector de la soja está atravesando un doble impacto en estos momentos, por un lado, el tema de la producción, y por otro lado, los precios.
En cuanto al precio, no hay mucho por hacer porque la referencia es la Bolsa de Chicago, la cual fluctúa en función a varios factores, los cuales son encabezados por el conflicto comercial entre Estados Unidos y China.
“En el tema de la depreciación hay dos elementos que juegan y que son importantes, como es la guerra comercial de Estados Unidos y China, lo que generó la caída en el precio y la distorsión en los mercados”, manifestó.
Otra circunstancia influyente en los precios del commotidie son los efectos de la peste porcina africana en China. Esta enfermedad obliga a sacrificar animales, los cuales se alimentan de soja. De esta manera, se reducirá notablemente la demanda de la oleaginosa desde el gigante asiático, lo que influirá en los precios internacionales, explicó Ferreira.
“Esto va a generar una recomposición comercial muy importante que todavía no se sabe cómo va a ser, esto recién comienza. Estamos en el peor momento de incertidumbre en cuanto a precio”, dijo.