01 abr. 2025

El Puente de la Amistad cumple hoy 60 años de unidad entre Brasil y Paraguay

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Colosal. Abriéndose paso en la selva, en esta obra intervinieron obreros de distintas partes del país.

gentileza

El Puente Internacional de la Amistad, testigo de seis décadas de intercambio comercial, cultural y social entre Brasil y Paraguay, conmemora su 60° aniversario con un homenaje que trasciende el concreto y el acero. Un gran acto se realizará hoy en la cabecera brasileña del paso fronterizo.

Como parte de los preparativos, se inaugurará un mural temático de 280 metros de largo y 2,4 metros de altura, a cargo del artista Igor Izy. La obra se convertirá en un lienzo en el que los elementos icónicos de la región cobrarán vida. En el mural se plasman figuras emblemáticas de la región, como los jaguares del Parque Nacional, las imponentes Cataratas del Yguazú y la represa de Itaipú, entre otros. La Receita Federal (Aduana brasileña) expondrá fotografías antiguas del puente. Esta iniciativa busca reconstruir la memoria histórica de esta colosal obra, desde su construcción en los años 60 hasta momentos significativos que marcaron su evolución.

Entre las fotografías enviadas ya a la RF se encuentra la del constructor paraguayo Alfonso Folle, fallecido hace tres años, a sus 82 años, a quien sus hijos recuerdan con orgullo como uno de los responsables de levantar esta imponente obra de ingeniería. Su hija, Laura Folle, junto con sus hermanos Salustiano, Francisco Javier, Elena y Antonia, conserva como un tesoro las fotografías de la época de la construcción del puente.

Desde su inauguración oficial el 27 de marzo de 1965, el Puente de la Amistad ha sido un pilar fundamental en el desarrollo económico de la región. Su construcción permitió que miles de camiones cargados con productos paraguayos, como la soja, encontrarán un acceso directo al mercado brasileño. Actualmente, cerca de 40.000 vehículos y 20.000 peatones cruzan diariamente esta frontera, reafirmando su importancia estratégica.

Con una extensión de 552.40 metros y un vano libre de 303 metros –el más grande del mundo en su época para una estructura de hormigón–, esta obra maestra de la ingeniería fue diseñada por el brasileño José Rodrigues Leite de Almeida y construida por el consorcio brasileño Rabello SA y Sotenge. Más de mil trabajadores participaron en su edificación, utilizando aproximadamente 14.000 toneladas de cemento y 2.900 toneladas de acero.

A lo largo de los años, el puente ha resistido el paso del tiempo y la creciente demanda del tráfico fronterizo.

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