07 ene. 2025

El Py de los tres países

Ahora que estamos iniciando un nuevo año, el 2025, es un tiempo oportuno para hablar con honestidad, integridad y relevancia. Es el momento de la verdad. Estamos en una era de definiciones cruciales en la historia de la humanidad en general y del Paraguay en particular. Mi artículo de la semana pasada en esta misma columna nos anticipó el escenario geopolítico.

De lo que hoy reflexionemos depende el futuro de cada uno de nosotros, y el de nuestros hijos y nietos. También, el de nuestros vecinos, el de nuestros parientes, de nuestros próximos o prójimos, etc. Permítanme hablarles con el corazón. ¿Cómo nos vemos dentro de 10 años? Es importante decir la verdad y reflexionar sobre nuestra situación actual y sobre el futuro que nos espera. No podemos seguir siendo como leprosos que no sienten dolor ante la carne desgarrada. Hablar sobre la verdad es evitar especulaciones. Hablar la verdad es un acto de valentía.

Pero no deben conformarse con la verdad que viene más abajo y con el análisis a su alrededor. Deben consultar a otras fuentes y datos. Segundas, terceras, cuartas y quintas opiniones y perspectivas. Además, no es bueno dejarse convencer por otros. Por la prensa, por las redes, por nadie. Solo uno, por sí mismo, puede y debe cambiar sus preferencias y sus opiniones por convicciones. La única persona que puede convencerle a usted de algo es usted mismo. Además, si uno, luego de consultar, no quiere ver la realidad, que nos la pueden ofrecer con evidencias empíricas, cambiar no es obligatorio.

Los hechos que están sucediendo de manera escandalosa nos sobrecogen. La verdad es que estamos en cautiverio. Si. Nos tienen en cautiverio como en la pandemia, cuando hubo una razón sanitaria. Lo más importante es comentarles cuan rápidamente el Paraguay está naufragando ante el capitalismo de secuaces y la narcopolítica que mantienen en cautiverio a toda la ciudadanía, incluyendo a la clase media, los empobrecidos e incluso a los empresarios más pudientes. Para eso, existe una teología perversa como conjunto de creencias y una metodología bien estudiada que tiene tres ejes. Es una falsa taxonomía que organiza ideas para manipular nuestras vidas. Esos tres ejes son: el cultural, eslogan de Dios Patria y Familia; el sociopolítico y económico, mantener un Estado débil y; el eje estratégico, el de los mercados del crimen. El eje cultural sirve para enrostrar culpabilidad engañosa como propaganda electoral para ganar elecciones. El eje económico y sociopolítico evita que el Estado sea fuerte y tenga recursos y poder coercitivo para cohibir los delitos, bajo el imperio de la ley. Luego, con los dos ejes anteriores instalados, es fácil que funcione la estrategia: La teoría del negocio, el cómo se genera el dinero mal habido, en los mercados del crimen.

Ustedes pueden juzgar por cuenta propia, si no son fieles en sus creencias religiosas, si no son buenos padres y no son patriotas. O esperan que se los diga Chaqueñito, Calé, Lizzarella y un ex presidente, en las próximas elecciones. El Estado débil no castiga la corrupción y la narcopolítica. Paraguay está en el tercer lugar en los mercados del crimen en Sudamérica y en el puesto catorce en todo el mundo. Como dijo el ministro Enrique Riera recientemente a Mabel Rehnfeldt: “Creo que el narcotráfico ha permeado todas las instituciones del Estado”. Como confiesa el ministro Carlos Fernández Valdovinos a Luis Bareiro: “Yo por lo menos reconozco, y en el gobierno se reconoce, que tenemos altos niveles de corrupción”.

Dicho esto, en mi perspectiva, los datos que expongo más abajo y todas estas afirmaciones confirman que, para mi punto de vista, existen tres países dentro del Paraguay actual. El primer país es el de la opulencia corrupta del quincho. El segundo país es el de la heladera vacía. El tercer país es el de los mercados del crimen.

Estos tres países están gobernados por un grupo empresarial que usa la personería jurídica de un partido político para realizar actividades privadas con fines de lucro. Este grupo empresarial maneja a los tres poderes del Estado actuando en la vida pública, como un partido político clandestino. Gente que no ganó elección alguna nacional, en lo formal, toma decisiones de políticas públicas.

El primer Paraguay es el de la opulencia y la corrupción del poder. Veamos algunos datos. La corrupción en el Estado significa que continúe el malgasto y el robo del 3,9 % del producto que, según el BID, existe en el Paraguay. Son diez mil millones de dólares a cada período presidencial y legislativo. Por eso es por lo que son capaces de matarse entre ellos cuando no hay acuerdo, supongo, sobre cómo repartirse el botín. Ya tenemos a un vicepresidente y a un diputado, ambos colorados, asesinados en circunstancias poco claras. Y lamentamos a un fiscal que fue muerto en Colombia porque, probablemente, molestaba las actividades delictivas. Y ahora tenemos a un delincuente y testigo de este crimen, asesinado en la prisión colombiana. Sabía mucho y podría hablar. Qué tal. Como consecuencia de todo esto -asesinatos, narcopolítica, malgastos y robos- el 20 por ciento más rico se apropia del 51% del total de los ingresos del país. Y el 20 por ciento más pobre se queda con el 4,9% del total de ingresos. El 10 por ciento más pobre recibe apenas 45 dólares por mes en promedio per cápita. La pobreza bajó del 50% desde el 2003 al 25%, aproximadamente, en 20 años al 2023. Lo grave es que 23 puntos porcentuales bajaron en los primeros diez años. Desde el 2003 al 2013. Luego, desde que subió HC, apenas 2 a 3 puntos porcentuales, desde el 2013 al 2022 aproximadamente. La pobreza detuvo su descenso. El quincho logró que el bipartidismo desaparezca en el Paraguay. La oposición es inexistente. El partido hegemónico se convirtió en el partido dominante, manejado por el crony capitalism. Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que hoy en día, en el primer Paraguay, la principal actividad económica con fines de lucro privado es la política, en modo narco. El bien común es algo desconocido. Esto es un Estado sin políticos y un capitalismo sin capitalistas.

El segundo Paraguay es aquel donde el 50 por ciento de lo que se usa en la salud son gastos de bolsillo. Los bolsillos escuálidos de la gente, superando la salud el 40% de sus ingresos. En el segundo Paraguay los gastos catastróficos de salud golpean al 63% de los hogares rurales y al 73% de los hogares pobres. Esto es un desastre total. El Estado está ausente. Es aquel Paraguay en el que la gente se muere en los pasillos de los hospitales por falta de remedios oncológicos. Este es un país donde apenas el 14 por ciento de los hogares tiene alcantarillado sanitario y donde el 21% de la gente bebe aun agua no potable. Inhumano. Es un país con apenas 9 años de escolaridad promedio, lo que puede considerarse analfabetismo funcional generalizado. Se necesitan 12 años para comenzar a salir de la pobreza educativa, y sólo a cada 10 años se sube 1 año en la escolaridad. Faltarían 30 años para comenzar el camino. La prueba de Pisa donde sólo se supera a Haití es la evidencia empírica. Este segundo Paraguay es un país donde más de 1.500.000 paraguayos sufren de desnutrición, según la FAO, con 400 mil de ellos en estado grave. Claro, con una inflación en frutas y verduras por encima del 30 % interanual permanente, la heladera siempre está vacía. El queso Paraguay y los arroces llegaron en octubre del 2024 al 20 y 47 por ciento respectivamente de inflación interanual. Los ingresos no acompañan la pérdida del poder de compra. El segundo Paraguay es aquel donde faltan 1 millón de unidades habitacionales, mientras que el gobierno entrega apenas 6 mil casas sociales terminadas, de las 20 mil por año que fueron prometidas en campaña electoral.

El tercer Paraguay es el de los mercados del crimen. Es aquel del cual habla el ministro del Interior Enrique Riera quien dijo que en el Paraguay existen 1.500 aeropuertos clandestinos en 406 mil kilómetros cuadrados. Según Juan Martens, doctor en criminología, esos aeropuertos reciben mil vuelos mensuales con 200 kilos cada uno en promedio. Son 200 mil kilos por mes por 20 mil dólares cada kilo, el producto equivale a 4 mil millones de dólares mes de facturación, en especial, a la “mocro maffia europea”, que trabaja en los puertos de Bélgica, Alemania y España; según el Washington Post, a los cuales llegan cruzando el Atlántico, recorriendo previamente la hidrovía Paraguay-Paraná, desde los puertos paraguayos de la zona de Villeta. En un año eso equivale a 48 mil millones de dólares en total, superior al PIB del país. Esto daría, supuestamente, un lucro suficiente como para comprar a todo el organigrama público del Paraguay con 108 OEEs organismos y entidades del Estado, con sus 400 mil funcionarios en los tres poderes del Estado: presidente, todos los ministros, legisladores, policías, jueces, fiscales, intendentes, gobernadores y todos los etcéteras subsiguientes.

En resumen, el Paraguay de los tres países está representado por: 1. El Paraguay de la opulencia corrupta del quincho. 2. El Paraguay de la heladera vacía. 3. El Paraguay de los 1.500 aeropuertos clandestinos. Nos queda el consuelo de haber pagado todo el esfuerzo que sea necesario para obtener el Grado de Inversión, por la fortaleza macroeconómica que nos caracteriza, de la cual tanto nos vanagloriamos. Viva. Y de haber ganado también el premio The Banker 2024 para el ministro de Economía y Finanzas. Es un doble halago. En honor a la verdad, en lo último, deberíamos ser generosos compartiéndolo con el Toto Caputo, ministro de Economía argentino, quien junto con Milei hicieron desaparecer el contrabando desde el Argentina, mitigando la brecha entre el dólar blue y el oficial. El consumo registrado en el Paraguay subió saludablemente. Ejemplo, los combustibles, que treparon más del 20 por ciento 2024 versus 2023. Algo espectacular. Debemos estar felices. Saludos cordiales.

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