El viernes se estrenará la precuela de aquel éxito de 1994 que arrasó en taquilla y dio lugar a un musical de teatro, también exitoso. Jenkins cuenta en una entrevista con EFE algunas de las claves de una película, que define como “un drama de aventuras”.
El viaje
La que se estrenará el viernes es una precuela de la exisosa The Lion King, porque la historia ya no es la de Simba, sino la de su padre, Mufasa.
Jenkins recibió el encargo de dirigir el proyecto tras una laureada trayectoria por el cine independiente. Él mismo reconoce que el aterrizaje lo hizo con “escepticismo”.
“Pensé al principio que no era la persona apropiada para hacer la película, pero cuando vi que se trata de un drama de aventuras, que es la historia de dos hermanos que emprenden un viaje, me dije ‘voy a hacerla’”, explica en referencia al punto de partida de Mufasa, la aventura de este joven león junto a su hermano Taka.
La tecnología
La película de Jenkins recurre a tecnología de punta de animación hiperrealista. Trabajar con vanguardia tecnológica requirió una serie de modificaciones, por ejemplo en la narrativa. Jenkins pone como ejemplo la composición de los primeros planos y, en general, de los planos cortos.
“Yo he trabajado mucho con primeros planos, con retratos. Ves las caras de los personajes, si arrugan los ojos, si tensan la mandíbula, y el público sabe lo que significa, pero con leones no tenemos las mismas nociones. Tuvimos que construir un lenguaje para que se supieran las emociones que los leones comparten”, indica Jenkins.
La expresión del movimiento de los animales era un factor esencial para las voces. Definir el movimiento fue uno de los momentos más satisfactorios de los cuatro años que duró el proyecto, en palabras del director estadounidense.
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Las canciones
Hace 30 años, The Lion King triunfó en gran medida por los temas musicales, algunos interpretados por Elton John. 30 años después, Mufasa: The Lion King se propone triunfar usando también temas musicales.
Disney contó para ello con Lin-Manuel Miranda, figura cotizada en la escena musical gracias a sus trabajos en Mary Poppins Returns, Hamilton o Moana.
Asimismo, el reparto para las voces alterna actores y actrices consagrados, los casos de Mads Mikkelsen y Thandie Newton, y descubrimientos como Blue Ivy Carter, hija de Beyoncé, o Theo Somolu.
Una mirada personal
Jenkins debutó como director en 2008 con Medicine for melancholy, que rodó con escaso presupuesto. Moonlight, la segunda, se hizo con el Oscar a la mejor película en el año de La La Land, con la historia de un chico de raza negra en un suburbio de Miami.
Tras su tercer largometraje, If Beale Street could talk, y la miniserie The underground railroad, y en paralelo a su otra faceta como productor (está detrás de Aftersun, una de las revelaciones de 2023), el cineasta se enfrascó en una producción absolutamente distinta a lo que había hecho e impulsado.
"¿Y por qué no?”, proclama. “Cuando tantas personas vieron una película es porque tiene algo que importa. ¿Por qué no puedo coger esas ideas y compartirlas con el público más grande posible?”.
Fuente: EFE.