El cauce hídrico alcanzó su máxima altura del mes con 5,28 metros el pasado 16 de julio, incidiendo en el aumento de las familias damnificadas en los bañados Norte y Sur de Asunción.
La directora del Consejo Municipal para Emergencias y Desastres de Asunción (Comueda), Nilda López, mencionó que la tendencia es que el río Paraguay baje lentamente.
Explicó que para iniciar el operativo retorno de las familias damnificadas a sus hogares el nivel del cauce hídrico debe descender a 3,70 metros.
La Municipalidad de Asunción, a través de Comueda, continúa con la asistencia a las 2.120 familias damnificadas en el marco de la etapa denominada reacomodo.
Claudia Martínez, de Comueda, comentó que en el marco de este proceso realizaron la entrega de frazadas y el mejoramiento de los albergues con más baños y más materiales para la construcción de más casas.
asistencia. El Ministerio de Salud Pública (MSP), a través de las 33 Unidades de Salud de la Familia, da asistencia a más de 4.693 personas damnificadas con vacunaciones y consultas médicas. También ya se entregaron 5.000 dosis de antiparasitarios.
Teniendo en cuenta que el nivel del río está descendiendo y se incrementa la cantidad de insectos en la zona, el Ministerio de Salud recomienda a la población que recurra sin perder tiempo al Instituto de Medicina Tropical (IMT) en el caso de haber sido víctima de mordeduras.
En caso de mordedura de víbora, se debe llamar al 141 del Servicio de Emergencias Médicas Extrahospitalarias (SEME) o al 911 de la Policía Nacional, para el traslado urgente al IMT, ubicado sobre la Avenida Venezuela y Florida, de Asunción; el número de teléfono de la institución es 292-473.
“No se debe tocar la herida, ni cortar, ni hacer torniquete, hay que ir rápidamente al IMT, con urgencia, para que la persona afectada sea tratada”, recomendó el doctor Eduardo Chenu Vargas, director médico de la 18.ª Región Sanitaria.
En el marco del plan de contingencia, el Servicio Nacional de Erradicación de Enfermedades Transmitidas por Vectores (Senepa) realizará el rociado en los albergues y las zonas inundadas para evitar la propagación del dengue, transmitido por el Aedes aegypti.