Entrevista a Jaime Egüez, presidente del club de ejecutivos
Al Club de Ejecutivos le toca celebrar sus 23 años, luego de haber transitado un camino bastante pedregoso, con una pandemia de por medio y una crisis económica devenida de una guerra lejana, pero muy presente, que afectó todos los cimientos económicos que habían sobrevivido al Covid-19. Su actual presidente, Jaime Egüez, se refiere al presente del Club y cómo sus miembros pretenden superar este mal momento, con la mira puesta en seguir atrayendo mayores capitales extranjeros, para superar esta situación compleja y encaminar al país hacia un mayor desarrollo. También hizo referencia al difícil año electoral que tocará atravesar en el 2023, a pesar de lo cual, espera que se convierta en el año del repunte económico real del país.
–¿A 23 años de su creación, en dónde está situado hoy el Club de Ejecutivos, después de la pandemia y la posterior crisis económica profundizada a causa de la guerra en Europa del Este?
–23 años es un número importante. Cuando asumí la presidencia del Club de Ejecutivos –este es mi segundo mandato–, pudimos construir escenarios sobre los cuales trabajar. El primero fue el de aunar las opiniones de los número uno de todas las empresas que conforman nuestra asociación, de la industria, del agro, del retail, y tener una visión en común. Miramos a la economía y al desarrollo del país en forma transversal, lo que permitió que el Club se enfoque en lo que llamamos el Clima de Negocios de Paraguay. Entendemos que el Paraguay está transitando hoy el camino de volverse uno de los países con mayor inversión extranjera. Eso implica la venida de muchos inversionistas extranjeros y creemos que el empresariado paraguayo está preparado para lo que se viene, no solo en cuanto a lo profesional, sino también en relación a la gestión de políticas públicas. O sea, el sector tiene una cantidad de elementos que el país pueda aprovechar para tener un retorno que permita impulsar mejores índices macroeconómicos y del PIB, de forma a generar mayor desarrollo de la gente y alcanzar mejores condiciones de vida para todos en forma transversal.
–¿Qué papel le tocará cumplir al sector empresarial frente a los cambios que se avecinan a nivel gubernamental. Cuál será la posición en cuanto a las políticas que se deben ejecutar para reflotar la economía?
–El Club de Ejecutivos trata de influir y hablar con sus socios sobre las políticas públicas ejecutadas a nivel estatal. Hemos compartido espacios con los actores de gobierno y creo que en este momento tan importante para el sector privado, nos unimos para hacerles entender a la clase política la gran responsabilidad que tiene en sus manos. Y hablo de la clase política que está en función de poder, no en función de partido, sino de aquella que ocupa cargos en el Senado y en Diputados. Creemos que el gobierno sí tiene coincidencias mucho más visibles de lo queremos como país. Sentimos que estamos en la misma frecuencia con los ministerios de Industria y de Hacienda, pero quienes parece que están en otra sintonía son los senadores y diputados. Paraguay está inmerso en un escenario de internas electorales y esperamos que el 2023 sea mejor a pesar de que será un año crítico por el cambio de gobierno. Y en este marco, lo positivo sería tener una visión del Paraguay digno, el Paraguay que tiene capacidad de convertirse en un país que lidere las acciones en la región. El mayor desafío que tenemos ahora los paraguayos es el de creernos nuestra propia historia.
–El país está atravesando un escenario económico complejo, que hace mucho tiempo no experimentaba; la gente siente que no hay oportunidades, ¿que plantearía el Club de Ejecutivo para hacer frente a esta crisis y superarla?
–Lo que siempre rescato y le digo a la gente es que si estás en la oscuridad, lo primero que buscas es una ventana o una puerta, algo que te dé luz. No se puede transitar en la oscuridad sin encontrar una luz, buscas una luz que ilumine el camino con todas tus ansias. Esa luz para nosotros es la oportunidad, eso no significa negar que estamos en la oscuridad, pero si en la oscuridad tenés herramientas que sabés que funcionan para poder llevarte hacia la luz, tenemos que usarlas para salir de la oscuridad. O sea, si estoy en la oscuridad y voluntariamente me pongo un tapaojos, quiere decir que cuando encuentre la luz no voy a poder verla. Tapándome los ojos, solo agravaría la situación y me mantendría en la oscuridad. Digo esto para hacer una relación con lo que planteas, pues efectivamente estamos en un 2022 horroroso. Superamos un 2021 que nos permitió no digo salir de la pileta, pero sí respirar y no seguir tragando agua, y entramos al 2022 con una tremenda expectativa y esperanza y resultó espantoso para la mayoría. Lo importante fue que tuvimos acceso a algunos mecanismos para poder arreglar esto de manera pasable y ahora estamos llegando al final de este año horrible con cierta estabilidad inflacionaria, con los precios también controlados en cierta medida. Además, pudimos contener el alto precio del petróleo y su impacto interno y, en cierto modo, no hubo aún un incremento de impuestos, aunque estamos en los límites. O sea, estamos en un año en que tenemos que procurar llegar por lo menos con las capacidades mínimas intactas para poder enfrentar un 2023 correctamente.
–¿Y cómo cree que se podría lograr encarar el 2023 correctamente?
–Y con responsabilidad, con sabiduría, no haciendo cosas negativas. Rescato que el sector empresarial se puso de acuerdo en lograr que el índice de desempleo no aumentara en el 2022; que acordara un aumento salarial justo y que la cadena entera de la parte privada absorbiera el impacto. Esto significó que la suba interna de precios se debiera mucho a la inflación, sobre todo a la logística, pero no al impacto por el reajuste salarial. Se hizo un acuerdo social en la parte privada para absorber esto y aguantar hasta fin de año, con un tremendo esfuerzo, que a las compañías les costó un montón. Esto demuestra que el sector privado está haciendo bien su tarea para llegar al 2023 con las condiciones necesarias para repuntar la economía. Pero, no está pasando lo mismo en el sector público, porque aunque el Presidente de la República intentó contener el PGN para que no se produzcan aumentos de salarios en época electoral, los diputados lo ningunearon. Ahora se está tratando de tapar los agujeros en el PGN para el 2023, que nos caerá con un peso enorme por lo que este gobierno no tendrá otra que aumentar los impuestos. Por eso, estamos solicitando que no toquen más el PGN del 2023, porque ya no toleramos más, pues el sector público se maneja mediante nuestro gran esfuerzo como trabajadores. O sea, estamos pidiendo racionalidad y tenemos que exigirle al máximo a esa gente que en el 2023 nos pedirá nuestros votos. Yo no entiendo cómo van a pedir votos si ellos mismos nos ponen las condiciones para que nosotros tengamos menos precariedad a causa de esos aumentos de salarios, que impactarán en un pequeño colectivo y perjudicará a los ciudadanos de segunda, que somos nosotros. Yo no le voy a votar a alguien que me perjudicará a mí para beneficiar a una minoría. Ese es el escenario que estamos viendo con preocupación.
–¿Tiene esperanzas en el 2023 mejor para todos?
–Absolutamente, si no tuviera esperanzas debería dejar de ser empresario. Siempre digo que si alguna persona pudiera estar en mis zapatos cada mañana cuando me levanto y enfrentar todos los desafíos y problemas que aparecen, entendería lo difícil que es ser empresario en cualquier lugar del mundo. En Paraguay somos unos bendecidos, pero al final del día, vos te das cuenta de que diste un paso para adelante. La vida es solo momentos, las circunstancias se pueden administrar, pero cómo enfrentas el momento sí depende de tu criterio. En ese sentido, el Club de Ejecutivos se caracteriza por tener siempre una visión de construcción y no tanto en discutir las limitaciones; estamos para construir cambios.