El Memorial de América Latina recibe este mes 63 fotos de archivo, así como actuales y un vídeo que muestran la acción de la organización sin ánimo de lucro, que se financia a través de donaciones públicas y privadas y en 2013 cumplió su primer siglo y medio de vida.
Nacido en 1863 en Ginebra (Suiza), el CICR auxilia desde entonces a las víctimas de guerra y es “guardián del derecho internacional humanitario” basado en la “imparcialidad política, religiosa y étnica”, según explicó a Efe Francisco Matos, voluntario de Cruz Roja Brasil.
“Para nosotros no existen bandos ni lados, existen personas que necesitan ayuda humanitaria. Nuestra función es ayudarles, sin preguntar más”, dijo Matos, que acompaña al visitante en la exposición “150 años de acción humanitaria”, que permanecerá hasta el 21 de abril en Sao Paulo y luego se trasladará a Río de Janeiro.
En las instantáneas se recuerdan los inicios de la institución, los auges de actividad en las dos guerras mundiales por las que el CICR recibió el Premio Nobel de la Paz, intermediaciones políticas en secuestros o conflictos y la acción humanitaria que prestaron, por ejemplo, en el genocidio de Ruanda en 1994.

Asimismo, las guerras abiertas en los últimos años en el norte de África están también reflejadas en la exposición, donde hay un espacio para la guerra civil siria, las revueltas en Egipto o la caída de los regímenes dictatoriales en Libia y Túnez.
También acerca la acción humanitaria que la organización, que hoy está presente en cerca de 190 países con millones de voluntarios, tuvo en América Latina como en las acciones del movimiento de Tupac Amarú en Perú o la situación de pobreza del resto de países andinos.
En los ocho paneles que forman una cruz roja, el visitante podrá recorrer la historia de la institución que dio la vuelta a la bandera suiza para formar su símbolo en occidente, que más tarde se haría luna en los países árabes, al que se añadirá un “cristal” en forma de rombo para “contribuir a universalizar al movimiento”.