- Pedro Galli,
- presidente de la ARP.
En Paraguay hoy 70% de la población es menor a 35 años según el Instituto Nacional de Estadística (INE), y esto representa una gran oportunidad si es que sabemos entender el potencial del bono demográfico, así como visualizar los desafíos incluso en un país como el nuestro donde la inflación promedio es del 4% y se calcula será del 3,5% en el 2023 según estudios del Banco Mundial.
Nuestro país tiene un equilibrio económico interno ventajoso, pero no termina de adecuarse a las nuevas necesidades. Y eso nos plantea la oportunidad de que los gremios de la producción, así como los gremios de las industrias creativas, colaboren con el Gobierno para impulsar políticas públicas en beneficio de todos los sectores.
Hoy hay un debate artificial vinculado con ideologías que solo buscan dividir, el debate real debe ser sobre qué Paraguay puede ofrecer ante un mundo globalizado, donde categóricamente no podemos aceptar imposiciones extranjeras, pero donde también debemos asumir y tomar conciencia de los requerimientos internacionales que exigen el mercado y los consumidores.
En el ámbito de la producción ganadera necesitamos aprobar una ley de trazabilidad que nos permita llegar a los precios que ostenta hoy Uruguay, donde nosotros tenemos la ventaja de que los recursos naturales y la protección del medioambiente son una materia en la que tenemos 10 felicitado. A la trazabilidad se le debe sumar un instituto de la carne que certifique y promueva el valor agregado de una producción que tantas décadas nos costaron a todos los que estamos en el rubro. Y un tema del cual la producción no se puede desentender, la llegada de la inteligencia artificial que representa un cambio radical en todas las áreas.
Si hace años tenemos una deficiencia en la educación, hoy con esta tecnología, como ya lo advertían varios estudios, muchas profesiones y labores se verán afectadas, y quienes no se puedan adaptar quedarán fuera del mercado. Ese es un tema del que nos tenemos que hacer cargo planteando planes y programas, pero sobre todo entender que incluso con esta revolución, la producción de alimentos seguirá siendo una necesidad que crecerá con el tiempo.
Todas las propuestas que planteemos para mejorar el desarrollo económico de Paraguay caen en saco roto cuando no logramos resolver la problemática de la seguridad jurídica y física para los productores, los inversores y la población en general. Y este es el fundamento que fortalece la necesidad de lograr representatividad parlamentaria de los sectores productivos. Si vamos a tener poca representatividad en el 2023, necesitamos llegar a quienes ocupen una banca y hacerles entender que este es el motor que mueve al país y que no se pueden ignorar las necesidades de quienes hacen grandes inversiones, así como de las necesidades de la familia campesina y las comunidades indígenas.
Todos podemos lograr un bienestar y un desarrollo sostenible en armonía, pero debemos tomar la posta y transmitir ese deseo que finalmente se debe traducir a acciones concretas. Entiendo que es un mito lo del votante racional, ya que las propuestas quedan en último lugar cuando de emociones y percepciones se trata, pero este 30 de abril se juega el significativo futuro de nuestra nación.