Sucedió cuando, en su casa de Buenos Aires, halló unos papeles de quien creía era su papá biológico, Emilio Cricera, argentino, ya fallecido, en donde este le contaba cosas íntimas a un amigo. Con fecha de tres días antes del supuesto nacimiento de su hijo, no mencionó que su esposa, la paraguaya Celia Nilda Evaly, estaba a punto de dar a luz.
“Si mi papá estaba tan contento de tenerme como hijo único, ¿por qué no había contado nada a su amigo? Encaré a quien decía ser mi mamá, discutimos mucho y al final reconoció: “¡Vos no sos mi hijo!’”, narra Emilio, veinticuatro años después de aquel día en que sintió que el mundo se le vino abajo.
Celia Nilda se negó a darle más datos de su verdadera historia. “Me dijo muchas mentiras, que me habían traido del Brasil, hasta que ella falleció, llevándose mi secreto a la tumba”, narra.
“Viajé al Brasil, viví allá un tiempo, hasta que tomé contacto con unos primos, hijos de una hermana de mi madre apropiadora en el Paraguay, con quien ella estaba peleada, a la que considero mi madre del corazón, mi tata, quien me dijo: vos te llamás José Luis y te llevaron siendo bebé del orfanato Santa Teresa”, agrega.
BÚSQUEDA. Emilio/José Luis logró que la directora del actual Hogar Infantil Santa Teresita le permita acceder a los archivos. Sobre la avenida Eusebio Ayala (frente al local de la Justicia Electoral), allí funciona una guardería y es sede de los Centros de Bienestar de la Infancia y la Familia (Cebinfa). En épocas de la dictadura, el orfanato llegó a estar bajo la dirección de María Olivia Chelita Stroessner, hija adoptiva del general Alfredo Stroessner.
“Busqué datos durante días, revisando expedientes de todos los niños llamados Jorge Luis que ingresaron entre 1965 y 1968, hasta llegar casi a la certeza de que mi verdadero nombre era Jorge Luis Gómez Arena, y que mi madre fue María Olga Gómez, presa en la Comisaría Tercera, famoso lugar de detención y tortura de presos políticos, y luego en la Cárcel del Buen Pastor, donde se pierde su rastro, está desaparecida”, relata Emilio.
Su laberíntica búsqueda lo llevó al hogar familiar de los Gómez, en una humilde comunidad rural de Altos, Cordillera. “Cuando llegué y dije quién era, no lo quisieron creer. Según mi abuela, Laureana Isabel, les aseguraron que yo había muerto. Del paradero de mi mamá no sabían nada. Obtuve una muestra de ADN de mi abuela y el análisis comparativo con el mío reveló un 84% de compatibilidad”, indica.
APROPIACIÓN. Entre muchas dudas, Emilio hoy tiene certeza de que autoridades de la dictadura mintieron a su abuela (quien varias veces intentó rescatarlo del orfanato), asegurando que él había fallecido, cuando en realidad le “regalaron” siendo un bebé al matrimonio formado por el argentino Emilio Cricera y la paraguaya Celia Nilda Evaly. Cree que el nexo fue una mujer llamada Aurora Coronel.
Le crearon documentos (auténticos, pero de contenido falso) como una partida de nacimiento en que consignan su fecha de nacimiento el 12 de marzo de 1967 (cuando en realidad habría nacido el 11 de octubre de 1966).
De su madre sabe poco. Un informe policial de la Comisaría Tercera, firmada por el comisario Augusto Moreno, refiere que ella la abandonó en la vía pública, pero él considera que son mentiras. “Mi madre es una desaparecida, aunque no figure en las listas de las organizaciones de derechos humanos. Borraron todos sus registros. La policía allanó su casa en Altos y secuestró todas sus fotos y sus documentos. Ni siquiera tengo una imagen de cómo era ella, solamente un gran amor a su memoria”, indica.
Emilio/José Luis presentó una denuncia oficial ante la Fiscalía, con patrocinio de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy) por Desaparición Forzada de Personas y Múltiple Violación de Derechos Humanos. Hoy, 30 de agosto, Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, decide contar por primera vez su historia en entrevista con Última Hora.
EL BEBÉ AL QUE LA DICTADURA LE ROBÓ LA HISTORIA (1)