“Él quería una casa sencilla, con 4 postes y una madera como techo. El papá en seguida se entusiasmó con la idea… Aunque tanto trabajo y pacientes hacían que pasen los días y las semanas y el proyecto nunca arrancaba. Hasta que un día Dios nos envió todo el tiempo que necesitábamos, gracias a un virus malvado que confinó a todo el mundo a quedar en casa. Lo que finalmente da inicio al proyecto”, es el texto preparado por el papá con la melodía de la saga Star Wars, de la que ambos son seguidores.
Santiago explica que siempre le gustó la carpintería y hacer trabajos manuales. “Desde hace 2 años me animé a hacer algunas cosas para la casa, hace 1 año hice una mesa para trabajos y así poder trabajar mejor en mi taller. La idea de hacer la casa de Enzo es algo que siempre quise, un anhelo (aunque nunca lo había dicho); y se hizo palpable el día que él me pidió que le construya una casa de madera. Su idea (porque siempre es de pedir muy poco), era que tenga 4 postes y una madera que haga de techo. Pero mi idea siempre fue otra, aunque nunca encontraba el tiempo para hacerlo”, relata.
Cuando llegó la cuarentena, a causa de la pandemia provocada por el coronavirus (Covid-19), –expresa el médico–, al fin tuvieron tiempo y se pusieron manos a la obra, siempre bajo la atenta mirada de su esposa Amparito. “Nos llevó casi un mes en hacer toda la casa porque yo igual sigo viendo pacientes. Cada vez que yo salía de la casa para Enzo era tiempo perdido en la construcción de su casa”, explica.
Como médico, sabe que debe resguardar a su familia y también es consciente de la importancia de pasar el tiempo con su hijo. “Fue también una actividad para involucrarlo a él, para disminuir la ansiedad del tiempo de cuarentena y tener algo que hacer, un proyecto. Es por eso que Enzo fue parte fundamental de todo el proceso. Él puso la mitad de los tornillos de la casa, ayudó a lijar las maderas. Solamente taladrar y cortar maderas fue tarea mía exclusiva, el resto lo hicimos juntos. Incluso en los momentos de corte y taladrado el me ayudaba con algo. Desde el inicio fue un proyecto padre/hijo muy lindo”, manifiesta.
Para el niño lograr su anhelada casita superó todas sus expectativas. “Yo quería algo sencillo, no me esperaba algo tan ‘pro’. Siempre quise una casa de madera pero no me animaba a decir. Me encantó trabajar con mi papá”, comparte entusiasmado Enzo. ¿Sus papis? Felices por haber ayudado a su pequeño a cumplir el sueño de la casa propia.