Por 10 votos a favor y uno en contra, la máxima Corte del país atendió el pedido de la defensa del ex mandatario y decidió, en una rápida sesión, suspender el traslado del ex jefe de Estado hasta que se juzgue un pedido de hábeas corpus que estaba pendiente de análisis.
Lula, de 73 años, se encuentra preso desde el 7 de abril de 2018 en la sede de la Policía Federal de Curitiba, capital del estado de Paraná, tras ser condenado por corrupción pasiva y blanqueo de capitales en un caso vinculado con la Lava Jato.
No obstante, la jueza Carolina Lebbos determinó este miércoles la transferencia de Lula a un presidio de Sao Paulo, pero la decisión fue contestada por la defensa del ex presidente brasileño.
Los abogados del antiguo líder sindical pidieron que se frenara la transferencia hasta que el Tribunal Supremo analice un hábeas corpus en el que se cuestiona la actuación del ex juez Sergio Moro, actual ministro de Justicia del presidente Jair Bolsonaro, en el proceso que llevó a la condena de Lula en primera instancia.
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El recurso fue analizado con carácter urgente este mismo miércoles por el pleno del Tribunal Supremo de Brasil y 10 de los 11 magistrados votaron a favor de la suspensión de la transferencia al presidio de Tremembé, situado en el interior de Sao Paulo y que abriga a reclusos con condenas mediáticas.
El único juez que se pronunció en contra fue Marco Aurélio Mello, quien argumentó que Lula da Silva debería recurrir primero a un tribunal de segunda instancia antes de hacer lo propio ante la máxima Corte del país.
El recurso de la defensa, sin embargo, fue acatado parcialmente, ya que la mayoría de los magistrados rechazaron una solicitud para que el ex jefe de Estado fuera puesto en libertad.
El ex mandatario fue condenado a nueve años y seis meses de prisión por el juez Sergio Moro después de hallarle culpable por recibir un apartamento en el balneario paulista de Guarujá a cambio de favores políticos a la constructora OAS.
La pena fue ampliada en segunda instancia a 12 años y un mes y rebajada posteriormente en tercera instancia a ocho años y 10 meses.
Sobre Lula ya pesa otra condena a otros 12 años y 11 meses de cárcel en un caso muy similar, pero dictada hasta ahora en primera instancia y aún no confirmada en la segunda.
Desde que fue encarcelado, Lula permanece en una celda especial, de 15 metros cuadrados y adaptada por su condición de ex presidente, en la sede de la Policía Federal en Curitiba, en el sur del país y donde también se encuentra el tribunal a cargo de la operación anticorrupción Lava Jato, por la que fue encarcelado.