Entonces Artur Antunes Coimbra, mejor conocido como Zico, quien fue campeón de la Libertadores la única vez que Flamengo lo había sido hace casi cuarenta años, horas antes de la final de Lima contra el orgulloso River Plate de Marcelo Gallardo, se encargó de enlazar el presente del equipo del portugués Jorge de Jesús con el pasado del tricampeón carioca 1953-1955, bajo la batuta imbatible del hombre que había descubierto a Mario Lobo Zagallo y a Dida, campeones del mundo con Pelé y Garrincha en Suecia 1958.
Larga es la sombra benévola del Brujo nacido en Asunción en 1901, proyectada hasta hoy en la historia del fútbol sudamericano. El balompié es un deporte de usos y de rupturas basadas en la transmisión y modificación de ideas, como cualquier otra actividad del intelecto y del cuerpo. Es un proceso que se da dentro y fuera de la cancha, en un ida y vuelta que cada tanto trae renovación o se asienta como tradición. Fleitas Solich ha hecho ambas cosas en, por lo menos, dos lugares. Haber sido futbolista y técnico hace que su nombre todavía resuene en, además del Maracaná, los pasillos de la memoria popular del Boca Juniors, en Argentina; en el rancio abolengo del Real Madrid, en España; en el fútbol ofensivo y físico de más de medio siglo en las canchas y los vestuarios paraguayos.
ACADÉMICO. Como Arsenio Erico, responsable del prestigioso mote de Nacional, Fleitas Solich comenzó su andadura en el equipo de Barrio Obrero. Con veinte años, participó de la primera edición en la que Paraguay participó de la Copa América, en 1921. Lo hizo como capitán. Como tal lideró a la Selección guaraní en su debut y victoria contra el vigente campeón y futuro monarca olímpico, Uruguay, en cancha del Sportivo Barracas de Buenos Aires, con goles del también mítico Gerardo Rivas e Ildefonso López. No importó que las siguientes fueran derrotas contra Brasil y Argentina.
Luego de la Copa América de 1927, Fleitas fue contratado por el Boca Juniors, en donde llegó a ser capitán y luego campeón en 1930, en el inicio de la década dorada de los futbolistas paraguayos. Su amigo Rivas ya defendía entonces los colores de Rosario Central, por ejemplo, como otros poblaban los clubes bonaerenses.
Luego de una lesión en la rodilla, El Brujo empezó a dedicarse también a la dirección técnica a la par de seguir siendo jugador. Como tal, desarrolló una sabiduría táctica que defendió desde un arriesgado 4-2-4 que, años después, introdujo en Brasil. Antes y luego de ser transferido a la Argentina, fue técnico de combinados paraguayos, entre 1922 y 1929. Desde el inicio de la Guerra del Chaco (1932-1935), hasta dos años después de su final, Fleitas Solich dirigió equipos rioplatenses como Newell’s de Rosario y Talleres de Córdoba, ambos de Argentina.
Después alternó dirigiendo clubes de ese país y paraguayos como Nacional, Libertad y River Plate, hasta que en el año de la guerra civil de 1947 se hizo otra vez cargo de la Selección Paraguaya, en su mejor época dorada al frente de ella en seis etapas: estuvo al frente del Mundial 1950, un campeonato y un subcampeonato de América. Casi siempre compitiendo en esos años, de tú a tú, con el poderoso Brasil que descalabraría en el Maracaná del 50 y sucumbiría en Lima en el 53 ante el equipo de Fleitas Solich.
Revolucionario táctico. Por algo los brasileños vinieron a buscar, ya en 1949, a dos jugadores suyos: el arquero Sinforiano García y el delantero Duilio Benítez. Enseguida llevaron al Brujo al mismo equipo: el Flamengo, donde pondría sus ideas revolucionarias del sistema táctico. El mismo que utilizaría el Hungría subcampeón de Ferenc Puskas en Suiza 1954, considerado histórico pero que Fleitas Solich ya utilizaba con Paraguay un año antes.
En 1959, el Real Madrid lo embarcó a Europa. En el inicio de la temporada, Fleitas Solich registró un récord hasta hoy vigente, el del mejor inicio de Liga: 7-1 al Real Betis. Allí tenía a Puskas y Paco Gento. Estuvo solo una temporada, a pesar de haber dirigido 30 partidos y haber perdido solo 5. Su sucesor, el legendario Migue Muñoz, permaneció 14 años y ganó cinco copas de Europa con Alfredo Distéfano y demás.
Cuando volvió, dirigió de nuevo por un par de temporadas al Flamengo, luego a otros equipos del Brasil. En 1971, de urgencia, lo volvieron a llamar del club carioca: les regaló a Zico haciéndolo debutar a los 18 años, para brillar como un astro en la escuadra brasileña durante las siguientes dos décadas y no pudo ser campeón del mundo. Después El Brujo se alejó de las canchas. Murió el 24 de marzo de 1984, en la misma ciudad en que nació. Su influencia táctica sigue hasta hoy.
Figura de la Selección Paraguaya, El Brujo también lo fue del Flamengo, en donde legó 3 grandes ídolos, llegando a dirigir al poderoso Real Madrid.
LOS DATOS
1
club paraguayo por el que jugó: Nacional.
6
clubes brasileños dirigió (Flamengo, Palmeiras, Bahía, Fluminense, Mineiro, Corinthians).
2
selecciones nacionales dirigió: Paraguay y Perú.