Es la primera vez que una propuesta formulada desde el Paraguay es reconocida y aceptada para ser incorporada a la lista del patrimonio cultural inmaterial transnacional de la Unesco y resulta particularmente significativo que el primer elemento sea precisamente el tereré, una bebida tradicional heredada de la rica cultura ancestral guaraní, que identifica profundamente a los habitantes del Paraguay, aunque el consumo de la yerba mate en sus diversas modalidades también es compartida por comunidades que habitan regiones de otros países vecinos, como Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia, las que también tienen raíces guaraníes.
Sin embargo, el Paraguay es la nación en donde más se ha implantado históricamente el consumo, especialmente del tereré. A pesar de que incluso se ha llegado a disputar internacionalmente modalidades de registro de propiedad de marcas comerciales sobre la palabra tereré o productos derivados de la yerba mate, persiste el consenso de que es un bien inmaterial principalmente relacionado con la tradición guaraní. El actual reconocimiento por parte de la Unesco reafirma la principal pertenencia del tereré al universo cultural paraguayo, que desde aquí se integra al patrimonio mundial.
Aunque no existen datos precisos acerca de los orígenes del consumo del tereré, hay registros de que los pueblos guaraníes ya lo consumían en épocas de la Conquista española. Algunas autoridades coloniales, como el gobernador del Río del Plata y del Paraguay, Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias), intentaron prohibir su consumo por considerar que era “una bebida diabólica”, refrendado por la visión de algunos religiosos, pero la tradición resistió todas las persecuciones.
El tereré, que forma parte de la identidad ancestral de los paraguayos, aporta además valores de salud por las propiedades de la yerba mate —reconocido como antioxidante, digestivo, energizantes, entre otros atributos—, a los cuales se suman los de las hierbas medicinales o pohã ñana, que se incorporan a la infusión, tal como lo reconoce la misma declaración de la Unesco.
Igualmente, el consumo del tereré, tradicionalmente cumple una función social, ya que, al ser compartido en grupos durante reuniones sociales o pausas en el trabajo, facilita la interacción humana. Actualmente, sin embargo, los cuidados sanitarios exigidos ante la pandemia limitan el consumo del tereré a una práctica más individual.
“Los beneficios para la salud del pohã ñana se conocen gracias a que la sabiduría popular los ha venido transmitiendo de generación en generación. Esta práctica cultural fomenta la cohesión social y contribuye a sensibilizar a la sociedad de la importancia que tiene el rico legado guaraní, tanto en el plano cultural como en el botánico”, dice la argumentación del reconocimiento de la Unesco. En este mensaje se encuentra el extraordinario valor de esta medida, que permite que el tereré se incorpore, a partir de ahora, como una contribución del Paraguay a la cultura de toda la humanidad.