Juan Pablo Pistilli, quien asumió la responsabilidad del taller familiar y la de dar vida a la estatuilla del Gallo de Oro desde 2006 tras el fallecimiento de su padre, el gran escultor Hugo Pistilli, conversó con Última Hora sobre la edición número 48 de este preciado premio publicitario, y el desafío de realizar cinco estatuillas en esta ocasión.
Recordó que se siente muy satisfecho por continuar con el legado de su padre y mantener una tradición de 47 años.
“La verdad que me sentí muy emocionado porque era un momento muy difícil porque había fallecido mi papá y eran pocos meses de diferencia porque él falleció en agosto (el Gallo es en diciembre). Pero yo le dije a mi familia que me iba a encargar del taller y de todo lo que tenía que ver de estar acá (…) todo fluyó, se dio de manera natural y nunca sentí esto como un peso, sino más bien como una satisfacción de poder cumplir con el legado familiar”, comentó.
PRECIADA ESTATUILLA. Este año, en la edición especial del Gallo de Oro, se entregarán cinco gallos, un trabajo que representa nuevos desafíos, pero que es facilitado por el trabajo en equipo en el taller Pistilli, ubicado en el corazón de Asunción.
Juanpi, como lo conocen sus allegados, indicó que valora la importancia del galardón del Gallo de Oro como un reconocimiento significativo en el ámbito cultural y gráfico.
Arquitecto de profesión, pero escultor de vocación y corazón, Juanpi lleva 18 años encargándose de dar forma a la estatuilla, manteniendo el mismo diseño que su padre creó en 1977.
“Para mí, es muy lindo porque se mantiene una tradición y eso le da también tanta importancia al premio, los años que permanecen, porque esa es una cuestión también. Yo me dedico a hacer otros premios y ningún premio creo que tiene la cantidad de años que el Gallo de Oro”, explicó.
Un mes completo se tardaron Pistilli y su equipo en terminar las estatuillas para esta edición, ya que en las anteriores eran de un tamaño más pequeño y ahora son cinco y más grandes.
Entre moldes, hierros y memoria, el Gallo de Oro es un legado de casi cinco décadas que se mantiene en el tiempo y se aggiorna a la actualidad para seguir en la posteridad.
“Yo creo que como algo que se creó hace tanto tiempo, es una linda manera de tener una tradición con algo muy importante. El Gallo de Oro es como un destaque especial y que hace visible a todo el medio gráfico y ahora a todas las otras áreas que van a integrar la premiación”, aseguró.
Por otro lado, celebra que desde la premiación se siga teniendo en cuenta la memoria de su padre y lo que deja para la cultura. “A mí lo que me gusta es que se trabaja en la memoria de mi papá y el arte, y la cultura trata mucho de eso, de poder transmitir los valores culturales”, sentenció.