Una tradición con siete décadas de historia es el pesebre de la familia Sabaté en la ciudad de Luque. Cada año, desde 1953 agregan una figura al nacimiento y a la fecha lleva más de 200 piezas. Lo que más atrae a los visitantes es que todas las figuras tienen movimiento.
La casa familiar está ubicada en el barrio Bella Vista de Luque, sobre las calles Yrendague y Benigno González, en las inmediaciones de la vía del tren.
El pesebre hidráulico causa asombro y admiración no solo en nuestro país, sino que ha traspasado fronteras, según había comentado Esteban Sabaté, ya que sus 54 metros cuadrados de historia cada año agrega una nueva figura. Este año su nuevo integrante es el indio José, quien según la tradición religiosa es el escultor de la Virgen de Caacupé.
Este año, el pesebre viviente abrirá sus puertas desde este jueves 22 de diciembre, de 18:30 a 22:30, con acceso libre y gratuito.
Para el sábado 24, vísperas de Nochebuena el horario será de 18:30 a 00:00. En tanto, para el domingo de Navidad, el pesebre estará disponible al público desde las 10:00 de la mañana.
Tradición familiar
La tradición se inició en 1953 y ha pasado de generación en generación y cada año recibe a más de 20.000 personas que se llevan un poquito de la magia que transmite.
Piedras, flores, frutas, árboles, guitarras, bailarines con trajes típicos paraguayos, personal de blanco y mucho más se pueden apreciar dentro de esta obra de arte que, gracias a la potencia del agua, cobra vida para transmitir amor y paz a sus visitantes.
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Comenzó con un humilde pesebre sobre una mesa, hoy cuenta con varias figuras típicas de la cultura paraguaya movidas por la fuerza del agua. Se trata del pesebre hidráulico que se encuentra en la ciudad de Luque, con 70 años de tradición familiar.