“Esto no es una sorpresa para nosotros porque el uso de antibióticos en infecciones virales (para los cuales no sirven) es algo muy antiguo contra lo que seguimos luchando”, dijo la especialista de la Organización Hanan Balkhy durante el lanzamiento de una iniciativa global para reforzar la lucha contra este problema y crear conciencia colectiva al respecto.
La resistencia a los antimicrobianos aumentó considerablemente en los últimos años y se considera una de las mayores amenazas que penden sobre la salud de las personas, de los animales y el medioambiente.
Este problema conlleva igualmente un aumento en los gastos de salud de los países, de las hospitalizaciones, el fracaso de los tratamientos, y mayores niveles de gravedad y hasta la muerte por afecciones que antes podían curarse de forma relativamente fácil con antibióticos, cuando eran correctamente administrados.
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La pandemia hizo más patente el gesto perjudicial de la automedicación que algunos han considerado, de manera equivocada, que podía prevenir el Covid-19, causada por un tipo de virus conocido coronavirus.
Los antibióticos no actúan contra los virus, únicamente contra las bacterias.
“Hemos estado intentando convencer de que no se usen antimicrobianos en enfermedades virales, específicamente contra afecciones respiratorias”, comentó Balkhy.
La recomendación es particularmente significativa para aquellas personas que contraen el coronavirus pero que no necesitan hospitalización.
Para aquellos que están ingresados, un antibiótico solo debe administrarse cuando la enfermedad se complicó con una infección bacteriana.
Según los estudios realizados, solo entre el 10 y el 12% de pacientes hospitalizados por Covid desarrollan una infección originada por una bacteria, a pesar de lo cual hasta el 70% recibe antibióticos.