Científicos del Wake Forest Institute for Regenerative Medicine (Wfirm, EEUU), pudieron mostrar que el útero de bio-ingeniería en un modelo animal desarrolló estructuras similares a los tejidos necesarios para apoyar la función de reproducción normal.
“El estudio muestra que los tejidos uterinos diseñados pueden ayudar en embarazos normales a un desarrollo fetal normal, con un tamaño y peso del bebé comparable a los que nacen a partir de úteros normales”, señaló Anthony Atala, principal investigador y director del citado instituto estadounidense.
“Con un mayor desarrollo, esto puede ser el camino para el embarazo de mujeres con úteros anormales”, añadió.
Los científicos del Wfirm son líderes mundiales en el campo de la medicina regenerativa y varios principios básicos sobre la medicina regenerativa fueron desarrollados en este instituto.
Esta medicina regenerativa ha surgido como una opción atractiva para superar la falta de donaciones de órganos.
En este caso del útero, los científicos desarrollaron un órgano más complejo, con más funciones, dado que tiene como misión la implementación del embrión y el desarrollo fetal.
Para desarrollar este útero, los expertos utilizaron conejas dado que son ideales para los estudios de regeneración de tejido uterino, puesto que tienen úteros relativamente más grandes que otros animales utilizados en laboratorios, añade la revista.
Las células necesarias para regenerar tejido uterino fueron cultivadas de las estructuras uterinas de las conejas y, seis meses después de ser sometidos al procedimiento de implementación, las conejas se aparearon con conejos machos fértiles.
“Esta investigación introduce nuevas avenidas para potencialmente crear sustitutos de tejido derivados de las propias células del paciente para tratar defectos uterinos”, señaló Renata Magalhaes, una de las autoras de este estudio.
El trasplante uterino de donantes fallecidos o vivos ha mostrado resultados alentadores como tratamiento para la infertilidad uterina permanente, si bien requiere el uso de terapias para tratar con el rechazo de órgano.
En cambio, la estrategia presentada por estos investigadores, al crear tejido uterino de las células del mismo paciente, evita la necesidad de un trasplante de órgano de un fallecido o donante y evita también el riesgo de rechazo o la necesidad de fármacos para tratar con ese rechazo