21 nov. 2024

El valor de donar órganos y el reconocimiento a los médicos

El país entero acompañó conmovido y esperanzado el proceso que vivió el pequeño Milán junto a su familia a la espera de la donación de un corazón. No obstante, tras la formidable labor del equipo de profesionales, el pequeño de 6 años finalmente falleció luego del trasplante. Es importante ponderar el valor de las personas que optan por ser donantes de órganos, y al mismo tiempo es fundamental reconocer como sociedad la tarea fundamental de los profesionales que invierten años y esfuerzo en formarse para prestar este servicio.

Después de una angustiosa espera de más de un año, y tras una operación que duró 15 horas, Milán había recibido por fin un nuevo corazón. El trabajo, llevado a cabo por el equipo cardiológico del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu había sido extraordinario. Lamentablemente el niño, a pesar de los grandes esfuerzos realizados por el equipo de salud, no logró superar las horas críticas posteriores al trasplante.
Milán había ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos Cardiológicos en octubre del 2023, tras la implantación de un corazón artificial tipo Berlín Heart 3, y luego de un año, apareció un donante compatible. El niño de seis años estuvo conectado al corazón artificial durante 374 días, y de hecho que con ese dato se convirtió en la persona que más tiempo tuvo un corazón artificial en el país, y en la región es uno de los que más tiempo dependieron de dicha máquina.

En el Paraguay en 1999 fue instituido el Día Nacional del Trasplante, para conmemorar el primer trasplante cardiaco, llevado a cabo el 9 de julio de 1996. Nuestro país también cuenta con una legislación que regula la donación de órganos, que estipula que “La extracción de órganos y tejidos estará permitida solo cuando no cause daño a la salud del donante y mejore la del receptor”; además, con la Ley Anita, o Ley 6170/18, toda persona mayor de 18 años es donante de órganos y tejidos anatómicos humanos tras su fallecimiento, a menos que manifieste lo contrario.

Si bien es cierto que en la actualidad se realizan trasplantes de córneas, riñón, corazón, médula ósea, hígado, óseo y de células madre, el primer trasplante en el país data del año 1974, que consistió en un trasplante de córnea, para el cual habían sido utilizadas las córneas de Fernando Oca del Valle, quien se convirtió en el primer donante cadavérico. Cuatro años después, tuvo lugar el primer trasplante de riñón, que se realizó en el Instituto de Previsión Social. En 1967, el cardiólogo sudafricano Cristhian Barnard realizó el primer trasplante de corazón, y 28 años después se realizó en Paraguay el primer trasplante de corazón, en un hombre de 36 años.

Estos logros son muy importantes, sin lugar a dudas, pero no serían posibles sin el compromiso de la sociedad que ha ido tomando mayor conciencia de la necesidad de optar por ser donante de órganos, una decisión que implica poder dar a otra persona una segunda oportunidad de vida, de calidad de vida. No obstante, siempre es necesario de las instituciones del Estado promover la educación para lograr más conciencia sobre la donación.

De acuerdo con los datos oficiales, son 66 personas las que han tenido la oportunidad de prolongar sus vidas, gracias a dicha la donación de corazón, y desde el año 2008 se han realizado un total de 2.730 trasplantes, 1.502 fueron de córneas; 759 de riñones y 403 de otros órganos. Todos estos datos tienen que ver con procedimientos realizados en el sector público.

Los datos revelan la evolución de la medicina en nuestro país, y el extraordinario trabajo de los profesionales de la salud quienes permanentemente se están capacitando y especializando para estar al servicio de la población. Precisamente se debe poner el acento en el necesario apoyo a los médicos y personal de blanco que durante décadas se capacitan para poder brindar este fundamental servicio a la sociedad y por el cual no reciben la remuneración que merecen. En el país los méritos de quienes prestan servicios públicos a la ciudadanía no están reconocidos ni valorados y eso debe cambiar. Paraguay debe dejar de ser un país tan desigual y arbitrario, en el que el médico que hace posible un trasplante de corazón reciba un salario de G. 5 millones mientras que jóvenes bachilleres sin haber concursado reciben millonarios salarios.

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