El mal que padecía Stephen Hawking, fallecido en marzo de 2018 a los 76 años, lo dejó en silla de ruedas y lo obligó a comunicarse desde los pasados años 80 a través de un sintetizador de voz.
La hija del científico, Lucy Hawking, declaró hoy a los medios que su padre “recibió un magnífico, dedicado y solidario cuidado médico en el Real Hospital Papworth y en el Addenbrooke, de Cambridge” y, como paciente que necesitaba ventilador, el Papworth fue “increíblemente importante para mi padre” y le ayudó a superar “momentos muy difíciles”.
“Después de la muerte de mi padre, devolvimos todo el equipo médico que utilizó y que pertenecía a la Sanidad (NHS, en inglés) pero hay algunas cosas que él había comprado”, agregó.
Lucía Hawking explicó que, ante la actual crisis por la pandemia del nuevo coronavirus, se pusieron entonces en contacto con el Hospital Papworth para ofrecer el ventilador.
Hawking contribuyó a establecer las bases de la cosmología moderna y se convirtió en un icono de la cultura popular.
La voz robótica del sintetizador con el que se vio obligado a comunicarse a partir de 1985 y su figura en una silla de ruedas aparecieron en numerosos programas y series de televisión, como Los Simpson, Star Trek y The Big Bang Theory.
En la universidad de Cambridge, donde trabajaba en el Colegio Gonville & Caius, el investigador ocupaba la prestigiosa cátedra de matemática Lucasiana, fundada en 1663 por Henry Lucas, miembro del Parlamento británico, de la que también fue titular Isaac Newton.