En un día soleado y que parecía desarrollarse con tranquilidad, un total de 48 pasajeros abordaron el vuelo 1325 de la compañía Latam Airlines, que partió a las 16:35 desde el aeropuerto de Santiago de Chile con rumbo al aeropuerto Silvio Pettirossi, de la ciudad de Luque, Departamento Central.
Todo se presentaba de forma normal hasta que, cerca de las 17:00, a casi una hora de llegar a la principal estación aérea del país, dos turbulencias y temblores provocaron una primera alarma en la aeronave, por lo que el piloto tomó la decisión de desviar el camino.
Una pasajera de nombre Tamara Ortega relató lo vivido a través de radio Monumental 1080 AM y señaló que los fenómenos incluso hicieron que ni las azafatas pudieran volver a pararse. Según dijo, pese a que el piloto intentó descender en Asunción, le “fue imposible”.
“Fue una experiencia densa. Sentimos turbulencias fuertes en mitad del vuelo. Era esa sensación de que el avión cae y se estabiliza, cae y se estabiliza. Ni las azafatas podían levantarse. Las cosas se empezaron a caer y ahí pensamos que no podríamos contar historia”, expresó la mujer.
Seguidamente, según relató la ex modelo Pabla Thomen, otra ocupante, alrededor de 15 minutos después del primer episodio, el vuelo se dirigió a Foz de Iguazú, Brasil, donde tuvieron que esperar dentro del avión por más de dos horas una autorización oficial para descender en suelo brasileño.
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“No podíamos tocar tierra brasileña porque no estaba nadie de Migraciones; abrieron por lo menos la puerta del avión para que entre un poco de viento, me coloqué ahí con mi hija y ahí estuvimos dos horas”, relató entre llantos.
Mientras la preocupación y desesperación se apoderaba nuevamente de los pasajeros, el capitán se dirigió a ellos:
“Señores, les habla el capitán para informarles que, a las 09:00 (de la noche) vamos a esperar el reporte meteorológico en Asunción, ya está mejorando ahora, (pero) para estar seguros vamos a esperar la siguiente hora para hacer nuestra salida”, se escucha decir al mismo a través del alta voz.
Varios pasajeros comenzaron a pedir entre gritos bajar de la aeronave, a lo que el piloto les respondió: “Acá tenemos un problema que escapa de nuestras manos. La gente del aeropuerto no dejan desembarcar hasta que venga Migraciones y la Policía Federal (de Brasil) tampoco permite eso”.
Seguidamente, les aseguró que estaban buscando “por todos los medios” lograr que quienes deseen desembarcar puedan hacerlo, mientras que les informó que un vuelo que se estaba por dirigir a São Paulo, Brasil, tenía 10 lugares disponibles para quienes quieran abordarlo.
“Estamos a la espera de esa toma de decisiones. Si no despegamos a las 10:00 de la noche nos quedamos todos acá, los pilotos también, todos estamos en las mismas (condiciones)”, manifestó el profesional.
Posteriormente, varios pasajeros decidieron abandonar la tripulación y tomar el vuelo a São Paulo, mientras que otras personas decidieron desplazarse por tierra hasta Ciudad del Este y desde ahí retornar a la capital del país.
Poco después de las 22:00, el vuelo volvió a partir con destino al aeropuerto Silvio Pettirossi, pero media hora después, cuando de nuevo estaban llegando a Asunción, comenzó la segunda parte de la travesía, que incluso se tornó más terrorífica para los pasajeros.
Según relataron, la aeronave volvió a atravesar por la tormenta y una fuerte granizada, por lo que experimentaron turbulencias aún más fuertes. En ese momento, se les comunicó que se declaraba emergencia y tendrían que realizar un aterrizaje forzoso.
Las personas comenzaron a entrar en pánico y entre gritos y llantos se aferraban a sus cinturones. La ex modelo Thomen incluso contó que en ese ínterin empezó a devolver, mientras que algunos se descompensaron y luego tuvieron que ser asistidos por paramédicos de la terminal aérea.
“El piloto nos dice que nos preparemos para un aterrizaje forzoso. Después nos dice la azafata en el alta voz que nos preparáramos en posición de impacto. Ahí le abracé a mi hija, pero se me desabrochó el cinturón de seguridad y comencé a pedir socorro”, señaló Pabla Thomen.
''Todo el episodio fue de película. No hay palabras para describir ese momento que fue eterno para nosotros. Algunos estaban rezando, otros se presionaban la cabeza por la rodilla. Algunos niños decían que nos íbamos a morir, sentimos miedo y terror”, expresó por su parte el tripulante Richard Centurión.
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Finalmente, cerca de las 23:00 del miércoles, el viaje por fin llegó a su fin y lograron aterrizar en la principal terminal aérea del país.
Tras la llegada, las autoridades constataron que el avión aterrizó sin un motor y con la punta de la nariz del fuselaje y los parabrisas dañados, a causa de la granizada que habían atravesado.
Al respecto, el presidente de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac, Félix Kanazawa, explicó que la aeronave está preparada para volar con un solo motor y que, si bien los parabrisas sufrieron rasgaduras, destacó que no se rompieron, debido a que si eso ocurría el aire iba a empezar a salir.
Informó que tras lo ocurrido la institución a su cargo así como la empresa abrirán una investigación por el caso. Afirmó que el piloto es quien decide volar, de acuerdo a los sistemas de informe meteorológico, que es lo que se va a investigar.
Por su parte, el administrador del aeropuerto Silvio Pettirossi, Douglas Cubilla, indicó que durante la apertura de la investigación ya se tomaron las medidas preliminares, mientras que los pasajeros afirmaron que analizarán si tomarán medidas por el caso.