Una gestante de 20 semanas, madre de tres hijos, corre riesgo de vida al negarse a ser sometida a un tratamiento médico de una infección que posee en una de las piernas. El caso se registró en Minga Guazú, Alto Paraná.
La mujer fue diagnosticada en el Hospital Regional de Ciudad del Este, pero se retiró del lugar pese a que fue advertida de que la falta de tratamiento puede derivar en su muerte y la de su bebé.
Lo sucedido fue comunicado a la fiscala Estela Mary González, quien, a su vez, solicitó el apoyo de la Defensoría Pública, para la solicitud de una medida de urgencia.
“La información que tenemos es que la mujer tiene un germen muy agresivo, que pone en riesgo de amputación la pierna y, en caso de que no se le suministre ahora un antibiótico, podría causarle la muerte”, indicó la agente.
El informe médico señala que la paciente se retiró del centro asistencial con anuencia de su marido. La pareja tiene además tres hijos que corren riesgo de ser contagiados.
Según la manifestación de la fiscala, el esposo de la mujer sostuvo que la infección, llamada erisipela y conocida tradicionalmente como isípula, puede ser sanada frotando un sapo por la parte afectada, lo cual es una creencia popular.
Caso sui géneris
La defensora pública Blanca Molina afirmó que es un caso en el que se está tratando de proteger el derecho a la vida de un bebé en gestación.
“Lo que estamos acostumbrados es a iniciar acciones contra agentes externos, pero que la misma madre se niegue a recibir tratamiento es un caso sui géneris”, afirmó ante nuestra consulta.
La jueza de la Niñez y Adolescencia Graciela Ovelar Viñales es la que se encuentra de turno y deberá resolver sobre el pedido.