Con el objetivo de compartir su trabajo, Carolina inauguró Dolce Casa, un emprendimiento dedicado al arte, que combina la madera y la pintura para crear artículos únicos y personalizados para la decoración del hogar. Su tienda ofrece una amplia variedad de productos para decorar “desde la sala de estar hasta la cocina, el comedor, la oficina, el dormitorio, el jardín, e incluso, el quincho”.
“Nuestros productos pueden ser personalizados; cada pedido que recibimos se convierte en un proyecto único y meticulosamente trabajado a mano. Siempre cuidamos todos los detalles para entregar un artículo decorativo que se ajuste perfectamente al estilo de cada cliente”, comenta la artista.
Carolina relata que con su esposo, Ivo, decidieron emprender en este rubro durante la pandemia, como una actividad que les ayudara a quemar tantas horas de ocio durante el encierro. “Al estar tanto tiempo en casa, nos dimos cuenta de la importancia de tener un espacio acogedor y personalizado. Nos motivó la idea de que al decorar y personalizar nuestros espacios, podemos convertir nuestras casas en lugares únicos y adaptados a nuestros gustos”.
Así nació en ellos las ganas de emprender, con la misión de ayudar a convertir cada hogar en un lugar favorito en el mundo. Decidieron que su tienda ofrecería productos decorativos con varios atributos, no solo que sean vistosos, sino también útiles, y reflejen la personalidad y gustos de cada cliente. “Nuestros productos están dirigidos a un segmento de clientes que valora la decoración del hogar como una forma de expresión artística y emocional. Siempre buscan piezas únicas y especiales que hagan que su espacio sea verdaderamente suyo”, relata Carolina.
Capital semilla. Si bien durante los primeros años de su emprendimiento, Carolina e Ivo se enfocaron en desarrollar su tienda con recursos propios, a finales del año pasado participaron del proyecto ReeMujerPy, impulsado por la República de China (Taiwán), con el que obtuvieron capital semilla para el desarrollo de su emprendimiento. Este apoyo financiero les permitió adquirir nueva maquinaria para el taller y mejorar el tiempo de producción. Al mismo tiempo, les ayudó a incursionar en las ventas digitales, como opción para expandir el negocio. “Además del apoyo financiero, también recibimos sugerencias y consejos valiosos de varios gremios y organizaciones locales, que nos orientaron en temas específicos relacionados con el emprendimiento y la gestión del negocio”, relata.
Carolina asegura que emprender en Paraguay implica enfrentarse a obstáculos y desafíos. “En mi experiencia, aprendí que el secreto para superar estos obstáculos radica en elegir algo que te apasione, ponerle actitud, resistir y persistir”, asegura. Dice que a pesar de tener un horario limitado por el trabajo de oficina, en donde ejerce su profesión, siempre dedica dos horas al día a pintar, una actividad que le ayuda a relajarse y crear. “Esta pasión por el arte se combina con la ardua tarea que encaro junto al gran equipo de Dolce Casa, que está integrado por mi esposo, Ivo, que es un creador nato y también pinta; y por Luis, nuestro ayudante, quien además es estudiante de locución y nos ayuda a difundir nuestra actividad en las ferias”, cuenta la emprendedora. Ella resalta que se siente muy agradecida por el equipo “tan comprometido y talentoso” que trabaja de forma incansable, que –asegura– es la clave para avanzar y lograr llegar cada vez a más hogares. “Esto demuestra que con determinación y trabajo en equipo es posible superar los desafíos y seguir adelante con mi emprendimiento”, remarca.
Pasión. Carolina persigue con pasión y entrega el gran objetivo de ver a su emprendimiento crecer y expandirse, para que sus productos lleguen a todos los hogares paraguayos y, sobre todo, al interior del país, de forma a asociarse con negocios locales y venderlos. “Quiero seguir innovando en nuestros productos y procesos, manteniendo siempre la calidad y el estilo que nos caracteriza, y contribuir así al desarrollo del arte y la decoración en nuestro país”, concluye.