“Cada final es un nuevo comienzo” es quizás la frase más motivadora que existe, a la que siempre recurren los coach motivacionales para alentar a las personas a seguir adelante y luchas por sus sueños, a pesar de las adversidades. Para Romina Melgarejo Candia, esta frase se volvió realidad cuando en 2022 perdió su trabajo y decidió que era su gran oportunidad de empezar de nuevo, pero con un emprendimiento propio, con algo que realmente le gustara y la motivara a seguir luchando. Con el dinero de su liquidación, esta itagüeña decidió empezar con la venta de productos varios, para luego decantarse definitivamente por vender sus productos artesanales elaborados enteramente en ñandutí.
“En el 2022, cuando me quedé sin trabajo y decidí emprender, comencé vendiendo productos de aseo personal y cosméticos en las ferias. Pasado un tiempo, dos de mis hermanas también se quedaron sin trabajo y en ese lapso uno de los organizadores de las ferias, que ya era amigo mío y conocía nuestros tejidos, me recomienda participar del Festival del Lago Ypacaraí, un evento de gran envergadura para los músicos y artesanos. Hablé con las chicas y decidimos que era nuestro momento de trabajar en lo que realmente nos gustaba, en lo que amamos: El Ñandutí”, comenta Romina.
Junto a sus hermanas, preparó cuadros, manteles, veladores, luminarias, trajes de danza, apliques para alta costura, regalos empresariales, abanicos, sombreros y una gran variedad de productos en base al ñandutí para venderlos en las ferias de artesanías.
“Nuestro trabajo está dirigido a aquel público –que como nosotras–, reconoce la belleza del ñandutí y de la exclusividad que otorga un trabajo elaborado totalmente a mano. Siempre buscamos cumplir con las expectativas mediante ideas innovadoras, pero a la vez, buscamos que nuestros trabajos no pierdan la esencia de lo artesanal”, explica la emprendedora.
Con el paso de los meses, mientras Romina y sus hermanas seguían participando activamente de las ferias de artesanías fueron aumentado cada vez más su stock de productos y “acarreando” potenciales clientes, mediante la distribución de sus tarjetas personales y la difusión de su marca, Aguana Ñandutí, a través de las redes sociales.
Romina cuenta que tanto su familia, como sus amigos y sus ocasionales clientes, le ayudaron a darse a conocer y a divulgar la calidad de sus productos de boca en boca. “Para difundir aún más nuestro emprendimiento, habíamos preparado algunos productos muy novedosos, no solo por la originalidad de los dechados, sino también por ser piezas únicas en su tipo”, asegura.
Más Ferias. Una vez que Romina y sus hermanas establecieron su negocio y su marca, empezaron a participar de cuanta feria artesanal consiguieran para exponer y vender sus creaciones artesanales. “Participamos de grandes eventos como la popular feria Palmear y la muestra SoMOs Artesanía, organizada por el Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA). También tuvimos el privilegio de estar presentes en el evento de la declaración de la guarania como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, algo que nos abrió las puertas al mercado internacional”, señala.
Llegadas a este punto de alta difusión y notoriedad, los clientes de Romina y sus hermanas comenzaron a pedir un local en donde la pudieran encontrar con facilidad y adquirir sus ñandutíes. Por eso, hace dos semanas decidieron alquilar un salón en donde habilitar su primera tienda, en su querida ciudad de Itauguá, que inaugurarán durante esta semana de manera oficial. “Fuimos paso a paso, juntando cada granito de arena, de cada producto vendido hicimos una reinversión para seguir creciendo”, asegura Romina.
Capacitación. Para poder emprender con éxito, Romina decidió que era necesario capacitarse, por lo que participó de cursos, foros y clases virtuales sobre emprendedurismo, en los que aprendió sobre administración de negocios, manejo de redes sociales, presencia de marca y formalización. “Cada vez que el Centro de Apoyo a Emprendedores (CAE) o el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) realizaba una nueva capacitación yo estaba allí. También recurrí al Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA) para registrarme como artesana y recibir las respectivas capacitaciones para nuestra debida identificación”, especifica. También recibió un pequeño, pero no menos significativo aporte de Capital Semilla, a través de la Misión Técnica de la República de China (Taiwán), ejecutada por la fundación CIRD
Formalización. “¡Uuf!... iniciarse como emprendedor en Paraguay es relativamente fácil, lo complicado es formalizarse como tal; hay que trabajar a tiempo completo, hubo y sigue habiendo obstáculos que voy sorteando día con día”, replica Romina, al referirse al intrincado camino que tuvo que recorrer para hacer realidad su objetivo de emprender. Comenta que para acceder a un financiamiento requiere tener absolutamente todo en regla, hasta el más mínimo detalle –asegura–, y si bien ve eso como correcto, tampoco es menos cierto que tanta burocracia muchas veces dificulta seguir avanzando.
“Como emprendedores, lo primero que debemos lograr es vender nuestros productos y de allí en más buscar proyectarnos”, expresa.