También vimos gente que trató de aprovecharse de las vacunas (¡Oh, Señor!), personas que perdieron el trabajo y que están saliendo adelante con emprendimientos varios.
No estamos preparados. Nuestros hospitales están colapsando; las industrias y comercios, con raras excepciones, han disminuido sus ventas e ingresos, causando un importante desempleo.
El director regional de la OIT calificó como “terapia intensiva” a la situación del empleo: “Es indispensable lograr crecimiento económico con empleo para reducir la pobreza y enfrentar la creciente desigualdad que está dejando como secuela esta pandemia”.
Hace unos días lancé este desafío en Facebook. “¡Emprender en la pandemia..! Ante la pérdida o disminución de trabajo, muchas personas se lanzaron a hacer algo para solucionar y paliar la falta de ingresos. Me gustaría que comenten aquí casos que conozcan. ¿Me echan una manito?”.

Comparto estos ejemplos esperanzadores de cómo enfrentan esta crisis laboral.
“Nunca tomé clases de costura, pero quería hacer algo productivo con mi tiempo, así que compré una máquina de coser (que ni idea tenía de cómo se usaba), vi tutoriales y estoy confeccionando juegos de sábanas, individuales, manteles. Ya recibí mis primeros pedidos y con esos pequeños ingresos, estoy contenta y muy entretenida”.
“Tengo un emprendimiento de comida saludable que se llama Negrita FIT”.
“Pinto objetos de madera para decoración de la casa”, @Malucreaciones.
“Hago tapabocas con apliques de ñandutí, me va muy bien”, Gloria.
“Decoro objetos para la casa y la cocina”, Carmen Dora.
“La mayoría se puso a cocinar, y yo también… sushi, postres, comidas para dieta”, May.
“4 hermanos pusieron sus ahorros y encararon la situación arrancando con una empresa gastronómica”, MOLA.
“Tengo 60 años y estoy jubilada, aprendí costura, crochet, bordados... Hoy los vendo, me generan ingresos y me alejan de la depresión y el pánico que trae esta pandemia”, Estela.
“Vendo combos para cumpleaños en pandemia”, Fefelandiarte.
Estas iniciativas que me siguen llegando me llenan de orgullo. No nos quedamos de brazos cruzados, ñande mbarete.
La epidemia ya cumplió un año. Estamos cansados, pero le hacemos frente al virus con inteligencia, emprendiendo, creando, gestionando con máximos cuidados y ojalá pronto también, con la dichosa vacuna que nos permitirá volver con más seguridad, aunque OJO, se sabe que la persona vacunada igual puede transmitir si tiene el virus, aunque no presente síntomas*. Es decir, todos debemos cuidarnos (vacunados o no).
Que el Señor Jesús, que sanó a tantos, nos regale la paciencia, la alegría y el fin de esta pandemia.
*CDC.GOV