Elvio Varela, gerente del servicio de ambulancias que movilizó a Cristina Aranda tras la balacera en el festival Ja’umina en San Bernardino, confirmó este jueves que la modelo no fue intubada y dio a entender que supuestamente sus familiares entorpecieron el trabajo de los paramédicos. La empresa en cuestión se denomina Servicio de Ambulancia y Emergencia (SAE).
Al ser consultado si Vita Aranda fue intubada realmente, el hombre respondió a Monumental 1080 AM que sus unidades cuentan con todos sus equipamientos y que tienen cómo demostrarlo.
No obstante, finalmente confirmó que no la intubaron, alegando que fue porque el hermano de Cristina Aranda “con prepotencia” estaba “encima” de los funcionarios a cargo de la asistencia.
“El doctor (Rubén) Servián estaba in situ, ellos estaban participando del show, yo desconozco y no puedo hablar con propiedad, pero probablemente el hermano estaba en estado etílico. No se llegó a intubar por cuestiones de que ellos (los familiares) estaban encima de nosotros”, señaló el representante de la empresa.
Según su relato, al llegar para auxiliar a Vita, bajaron el equipo de intubación de la ambulancia a pedido del médico que la estaba asistiendo, pero que al subir a la ambulancia ya no pudieron alzar el artefacto, porque supuestamente se perdió entre la dispersión de las personas.
Además, manifestó que tuvieron que partir sin el equipo médico, por la supuesta presión de los familiares que pedían “a gritos” dirigirse cuanto antes al Hospital Nacional de Itauguá.
“No es que queremos culpar a nadie, lo que queremos es dar a conocimiento de que no se pudo realizar este tipo de procedimientos (la intubación), ya que ellos estaban encima de nosotros, no se pudo por la presión, por la prepotencia”, argumentó, añadiendo que el personal que atendió a las víctimas “sí estaba capacitado”.
Asimismo, en principio, señaló que en la empresa cuentan con equipos muy costosos para comunicarse ante posibles emergencias en los eventos, debido a que usualmente se presentan problemas con la red telefónica, pero dijo que ese día tuvieron problemas para comunicarse.
De acuerdo con lo que señaló también, durante el evento, que albergó a más de 10.000 personas, solo contaban con 3 unidades de ambulancias, más una que correspondía a los bomberos. De las tres unidades, dos eran de soporte avanzado y una era de alta complejidad y esta última es la que auxilió a Vita.
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En cuanto al traslado rápido del anfiteatro, aseguró que sus ambulancias cuentan con GPS propio, pero que ese día se contó con tráfico, por lo que tuvieron inconvenientes para desplazarse.
“La ambulancia no es un helicóptero, no es un avión, en el sentido de que ellos califican como un taxi con sirena, incluso tenemos imágenes para demostrarlo”, señaló, agregando que están abiertos a cualquier tipo de control.
Según el mismo gerente de la empresa, trabajan desde hace 5 años con el grupo G5Pro, organizador del concierto Ja’umina en San Bernardino. La firma será investigada por la Superintendencia del Ministerio de Salud, de acuerdo con lo señalado este jueves por su titular, Ignacio Mendoza.
José Aranda, hermano de Cristina Aranda, había relatado todas las dificultades con las que se encontraron cuando trasladaron a su hermana hasta el hospital y lamentó la falta de elementos básicos para dar los primeros auxilios.
“El chofer de la ambulancia estaba más shockeado que nosotros, no estaba preparado para brindar el servicio, nos metió en un empedrado, dimos vueltas. La ambulancia era un taxi, no tenía nada”, lamentó en contacto con radio Monumental 1080 AM.
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Por su parte, el esposo de la fallecida Cristina Aranda, Iván Tito Torres, dio su versión sobre lo sucedido y aseguró que en medio de la desesperación tuvo que buscar por GPS la ubicación del hospital porque el chofer de la ambulancia se había perdido.
Además, el jugador del Club Olimpia desmintió lo afirmado por la doctora Yolanda González, quien había señalado que Vita llegó intubada hasta el centro asistencial.
Cristina Vita Aranda falleció como víctima “colateral” en un tiroteo ocurrido aproximadamente a las 21:35 del pasado domingo 30 de enero, en el concierto Ja’umina Fest, llevado a cabo en el Anfiteatro José Asunción Flores de San Bernardino, donde también perdió la vida un hombre llamado Marcos Rojas Mora, pero quien no se descarta como posible objetivo de los sicarios.