A través de un comunicado, la empresa Tatanonna afirmó que fabrica sus propios modelos de hornos de barro. Esto luego de que el Ministerio Público abriera una investigación en el caso denunciado por la Asociación de Alfareras Kambuchi Apo contra un empresario que supuestamente intentó prohibir la elaboración y venta de un horno portátil de barro negro que fue registrado por la titular del gremio.
En primer lugar, desde la empresa mencionan que el horno de barro cerámico es un utensilio que se viene utilizando por la humanidad desde tiempos ancestrales por varias culturas y civilizaciones como la azteca, china, entre otras.
“No es un utensilio nuevo ni inventado hace unos años acá en Paraguay”, menciona parte del comunicado.
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En segundo lugar, aseguran que no se oponen a que artesanos fabriquen hornos de barro y que la intención con los comunicados enviados a Kambuchi Apo no fue que dejen de fabricar hornos de barro, como siempre lo venían haciendo.
“En su momento, cuando nosotros nos comunicamos con la gente de Kambuchi Apo y les solicitamos hacer con ellos unos hornos con ciertas características que era lo que estábamos necesitando, recibimos un rotundo no, nos dijeron que los hornitos son como son, y no se les puede hacer ninguna modificación. Por lo que nosotros nos tomamos el trabajo con otro grupo de artesanos de desarrollar nuestro propio modelo”, culmina el texto.
Investigación de la Fiscalía
La Asociación de Mujeres Alfareras Nativas de Caaguazú e Itá, denominada Kambuchi Apo, presentó una denuncia contra el empresario Juan Ignacio Troche por violación de derecho de autor de un horno portátil de barro negro.
La obra está registrada en la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual (Dinapi) como tatakua portátil de ñai’u con derecho de autor a nombre de Vicenta Rodríguez, titular del gremio denunciante.
De acuerdo con el Ministerio Público, algunas de ellas habrían accedido a elaborar algunos ejemplares del tatakuas a solicitud del hombre para la comercialización de los productos.
El hombre luego supuestamente intimó a la asociación de alfareras porque supuestamente estaba en vía de “registrar dicho horno como modelo y diseño industrial”, pero esta intención ya fue rechazada por Dinapi.
Ante esta situación, las artesanas denunciaron que el empresario se apropió de la elaboración y venta del tatakua portátil sin autorización del gremio.
La Fiscalía procedió a incautar dos muestras en dos allanamientos realizados en las viviendas de dos artesanas independientes que elaboran el horno artesanal para el denunciado, ya que el mismo vendía el producto tres veces más del valor por el que venden las artesanas, que es de G. 300.000.
La Fiscalía comunicó este domingo a través de sus cuentas de Facebook y Twitter que la agente fiscal Carmen Gubetich de Cattoni está a cargo de la investigación del caso.