Eran las 20:40 del jueves pasado; Anamir culminó su jornada laboral en inmediaciones de la Catedral y empezó a suplicar para sus adentros que su amiga ya esté saliendo también. A las 21:00 marcó su salida y empezó a caminar sola las eternas seis cuadras para llegar a la parada del bus, sobre Herrera. Allí la vimos yendo y viniendo, impaciente por la demora del bus que la debía llevar hasta su casa.
“Para mí son eternas –nos comentó luego– por lo peligrosas que son las calles y porque hay mucha gente adicta que recorre y por la oscuridad. En lo posible quiero venir acompañada, pero a veces mi amiga sale antes o después, lo que más quiero es subirme al colectivo”.
La de esta joven es la peripecia diaria de la mayoría de las personas que llegan al microcentro de Asunción para trabajar o por estudios.
También conversamos el martes pasado con Daisy y Luis, una pareja que vive en inmediaciones de la ex Cervecería Paraguaya, sobre las calles Don Bosco y Estrella.
Ellos consideran peligrosa esta zona del centro, ya que a todas horas se ve por allí adictos, de quienes deben cuidarse constantemente, porque no pueden dejar nada en el patio de la casa; los adictos entran para robar lo que sea. Algunos hasta los atacan, como una joven que prácticamente vive en la ex cervecería.
“Ella suele ser muy agresiva, justo donde está (esa noche del martes al costado del edificio abandonado) es nuestro camino de todos los días, pero para evitarla, justo la vimos y dimos la vuelta”, relató Luis.
Daisy, por su parte indicó que si la adolescente tiene piedras o vidrios cerca y ve a cualquiera, les arroja con todo.
Peligrosas. El comisario José Martínez, jefe de la 3ª Metropolitana, dijo que en el microcentro, “no existen zonas rojas”; sin embargo, el estado de abandono, los testimonios y los datos de su jurisdicción difieren de su comentario; está repleta de casas y edificios abandonados, a merced de adictos a las drogas y malvivientes.
Otro de los puntos de peligro es el edificio de la ex Cooperativa Multiactiva 17 de Mayo, de la Policía Nacional, que está sobre la calle Presidente Franco entre 15 de Agosto y Juan E. O’Leary.
En varios recorridos nocturnos vimos que las calles desde Luis Alberto de Herrera y su continuación, Eduardo Víctor Haedo, hasta Rodríguez de Francia, y su prolongación, Ygatimí, se presentan muy oscuras y con nulo movimiento policial con su consecuente inseguridad, de la que recordamos algunos hurtos y robos ocurridos en ese entorno, como ser el caso de un tortolero que rompió el vidrio del auto de una periodista para llevarse una silla playera. Este hecho ocurrió sobre la calle Yegros el 11 de setiembre pasado.
En febrero, Gloria Martínez, denunció el hurto de su camioneta, que dejó sobre la calle Alberdi casi Haedo.
En abril, un hombre fue detenido porque trataba de robar en una discoteca, luego de entrar por el predio de la ex Cooperativa 17 de Mayo.
En noviembre del año pasado, un hombre entró a robar en una joyería ubicada sobre 15 de Agosto y Estrella.