Lo que hizo Marc Ostfield, embajador del país norteamericano, no se encuadra en el marco de un relacionamiento diplomático entre dos países, explicó un ex canciller,
Según dijo, cuando hay una decisión de un gobierno con respecto a otro, el representante diplomático del primer país acude a la Cancillería del país que se verá afectado por la determinación, para comunicarle. “Especialmente si afecta a una persona en funciones de gobierno, como ha sido esta vez el vicepresidente de la República, Hugo Velázquez. “Que no es cualquier ciudadano”, señaló la fuente consultada.
Lo que correspondía era que el embajador concurra a la Cancillería Nacional para comunicar al ministro de Relaciones Exteriores de la medida adoptada, de designar significativamente corrupto nada menos que al vicepresidente de la República. Y, acto seguido, tras realizar este trámite, informar a miembros de la prensa sobre la declaración del Departamento de Estado. “Pero no hacer el show mediático, con la soberbia con la que lo hizo el embajador”, resaltó el ex ministro. Otro punto que señala, y sobre el que coinciden otras fuentes diplomáticas consultadas, es que EEUU no actuó del mismo modo cuando recientemente señaló por corrupción a 60 funcionarios y ex responsables gubernamentales en Centroamérica. Concretamente en El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua, así como a jueces y fiscales de estos países.
“No se hizo ninguna conferencia de prensa para anunciar esto”, insistió el ex canciller.
A criterio de esta fuente, por una cuestión de dignidad, el Gobierno nacional debió convocar al embajador Ostfield y llamarle la atención sobre el procedimiento utilizado. El que no lo haya hecho aún “demuestra una debilidad del Poder Ejecutivo, que maneja la política exterior”, resalta.
El 22 de julio y el 12 de agosto, respectivamente, el embajador Ostfield convocó a la prensa local a la sede diplomática de los Estados Unidos en Asunción para comunicar que su Gobierno declaró significativamente corrupto a: Horacio Cartes, ex presidente, debido a su participación en actos de corrupción significativos y sus lazos con organizaciones terroristas. Posteriormente, a Hugo Velázquez y a Duarte, por soborno y por obstruir una investigación que lo amenazaba.
“Pobreza institucional alarmante”
El ex senador y político, Mario Paz Castaign admite que hubo una “sobreactuación” de la embajada de los Estados Unidos (EEUU) en Paraguay para dar a conocer el señalamiento de personas significativamente corruptas de Paraguay. Sobre todo, en la comunicación, dice.
Sin embargo, sobre lo que hay que reflexionar, dice es “la pobreza institucional alarmante” que existe en Paraguay y que es lo denota una medida así adoptada por un país extranjero.
Respecto a por qué no lo hace con funcionarios de otros países de la región, también corruptos, dijo que la diferencia con Paraguay es que en otras naciones, aunque sea medianamente actúan sus instituciones. Particularmente las que deben investigar, procesar y sancionar a los funcionarios corruptos. Agrega que no se puede cuestionar la decisión del gobierno de EE.UU. sobre las actuaciones de funcionarios extranjeros que afectan directamente a sus intereses. Más si tienen que ver con lavado de dinero o financiamiento de grupos terroristas.