El acuerdo logrado ayer entre las fuerzas políticas oficialistas y opositoras de Chile para abrir un proceso que cree una renovada Constitución mediante un plebiscito aspira a lograr la paz social a casi un mes de convulsión e inicia el camino hacia la construcción de un nuevo modelo de país.
Los chilenos decidirán en un plebiscito en abril de 2020 si quieren una nueva Constitución nacida en democracia que sustituya a la actual, aprobada en 1980 en un cuestionado referéndum en plena dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Esta Constitución concedió al Estado un rol subsidiario en la provisión de recursos básicos como la salud, la educación o las pensiones, lo que favoreció su privatización, y se convirtió en el centro de las protestas sociales que vive el país desde el pasado 18 de octubre y que ya dejó al menos 22 fallecidos.
Con el acuerdo, el Gobierno y la clase política esperan poder apaciguar la agitación social, que junto a masivas manifestaciones genera fuertes disturbios, vandalismo y múltiples incendios y saqueos.
Además, sobre las fuerzas de seguridad recaen cientos de denuncias por presuntas violaciones de derechos humanos y la economía corre el peligro de entrar en recesión en 2020 ante la disminución de la actividad y los daños que sufrió el comercio.
“Este acuerdo es un primer paso histórico y fundamental para empezar a construir nuestro nuevo pacto social. Estamos seguros de que nos permitirá reencontrarnos y construir un mejor país, un país más justo, más inclusivo y, lo más importante, un país más unido“, dijo el ministro del Interior, Gonzalo Blumel.
PROCESO. En el plebiscito, además de elegir si quieren o no una nueva Constitución, los ciudadanos deberán pronunciarse sobre qué tipo de órgano debiera redactarla, sea una “convención mixta constitucional“, integrada en 50% por parlamentarios y por ciudadanos electos para la ocasión; o una “convención constitucional”, en la que todos sus integrantes serían electos para este efecto.
El nuevo texto será redactado desde una “hoja en blanco“, sin tener como base la actual constitución, como defendía parte del oficialismo para los casos en los que no se alcance el quórum de dos tercios que se estableció para aprobar las normas y reglamentos a introducir.
TENSIÓN. Las protestas continuaron ayer en la céntrica Plaza Italia de Santiago, el epicentro de los reclamos, donde a casi un mes de manifestaciones se registraron 2.209 heridos y 6.046 detenidos, según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
En tanto, la Bolsa de Santiago se disparó ayer y cerró con alza de 8,09% a 4.862,40 unidades, el mayor incremento diario en diez años, mientras que el peso chileno se recuperó 3,2% y cerró a 777,29 unidades por dólar, tras el acuerdo político para cambiar la constitución.
Proceso de cambio
l Los chilenos decidirán en un plebiscito en abril de 2020 si quieren una nueva Constitución, en reemplazo de la de 1980 de la era Pinochet.
l Ciudadanos podrán elegir el órgano que redacte la Constitución, sea una “convención mixta constitucional” o una “convención constitucional”.
l El nuevo texto será redactado desde “cero”, sin tener como base la actual Constitución.
l La elección de miembros del órgano constituyente será en octubre de 2020 en elecciones regionales y municipales bajo sufragio universal.
l Este órgano tendrá un plazo de nueve meses para redactar la nueva Constitución, prorrogable una sola vez por tres meses más.
l Una vez redactada la nueva Carta Magna, Esta será sometida a su ratificación en otro plebiscito mediante sufragio universal.