“Estamos en un momento histórico, no solamente para nuestro país, sino para la región, para nuestra Sudamérica que recibe por primera vez un tren de estas condiciones para un servicio comercial”, dijo el ministro chileno de Transportes Juan Carlos Muñoz.
El tren, que tiene cuatro vagones con una capacidad total de 236 pasajeros, conecta en dos horas y tres minutos, unos 20 minutos menos de lo que demoran los convoyes convencionales, a Santiago con Curicó, una rica zona de producción agrícola conocida por sus bodegas de vinos.
Se trata de ferrocarriles fabricados en China por la empresa CRRC Sifang y que cuentan con sistemas de alimentación eléctrico y diésel de forma automática (trenes duales o BMU), lo que permite que ante la ausencia del servicio eléctrico puedan operar con combustible.
El valor de un pasaje entre Santiago y Curicó en este nuevo tren varía entre los 12 y los 24 dólares.
Chile tenía hasta la década de 1970 una extensa red ferroviaria en el norte y sur del país, pero la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) la desarticuló para darle prioridad al transporte por carreteras.
Sucesivos gobiernos han intentado recuperar el servicio de trenes, sin éxito.
Este “es un gran hito para nuestro proyecto, nuestro anhelo y de todos los chilenos de ir recuperando y mejorando nuestra red ferroviaria, esos trenes para Chile que queremos poder ocupar en forma recurrente”, afirmó Muñoz.
En lo inmediato, la apuesta de las autoridades es que este tren llegue en el curso de 2024 hasta la ciudad de Chillán, 400 km al sur de Santiago, una vez que se reconstruyan los puentes afectados por las inundaciones y crecidas de ríos durante los temporales del invierno austral pasado.
Fuente: AFP