Nacida el 17 de diciembre de 1924 en Cañada, Departamento de San Pedro, la vida de doña Carmen estuvo marcada por el trabajo en estancias ganaderas junto a su familia. En su juventud, se trasladó a Concepción donde formó su hogar y dejó un legado que trasciende generaciones.
Aunque no tuvo hijos propios, doña Carmen encontró en su sobrina Rafaela Benítez una hija adoptiva, con quien vive actualmente. “La bondad y el respeto han sido las claves de su longevidad”, comenta Rafaela, quien la cuida con esmero.
A pesar de haber perdido la visión en los últimos años, doña Carmen sigue siendo un ejemplo de optimismo. En el barrio San Francisco es conocida como “la abuela del barrio”, un título que refleja el cariño y respeto que ha ganado entre sus vecinos.
El centenario de doña Carmen fue celebrado con un cálido homenaje por parte de sus familiares, quienes la agasajaron con obsequios y momentos de alegría. Este 25 de diciembre planea disfrutar de las tradiciones navideñas rodeada de sobrinos y otros familiares, compartiendo comidas típicas y el tradicional clericó.
“Esta Navidad será especial, no solo por los años que celebra, sino por el ejemplo de fortaleza y humildad que representa para todos nosotros”, señaló un familiar cercano.
Doña Carmen es una de las pocas personas longevas que quedan en Concepción. Según registros locales, el último centenario fue Ramón Caballero, un excombatiente que vivió hasta los 106 años. Su historia resalta la importancia de los valores y las tradiciones que perduran en las comunidades del norte paraguayo.
La vida de doña Carmen García es un testimonio de resiliencia, amor y la riqueza de las tradiciones familiares que siguen uniendo a las generaciones en esta región. JR