En un intento audaz por combatir la constante ola de robos de focos, un comerciante del barrio Villa Armando, de Concepción, decidió tomar medidas extremas para proteger su propiedad: enrejó los focos instalados fuera de su local.
Su medida fue motivada por experiencias previas en las que los ladrones, especialmente jóvenes delincuentes, obstruían la visión de las cámaras de seguridad y se llevaban los focos.
Se presume que los hacían con la intención de venderlos para compra de drogas.
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Este innovador enfoque de seguridad se ha convertido en tema de conversación en la comunidad, destacando la creatividad y determinación del comerciante para enfrentar un problema que a menudo es minimizado judicialmente.
Los robos de este tipo, comúnmente conocidos como “bagatelarios”, rara vez son castigados de manera significativa en el ámbito judicial, lo que ha llevado a la búsqueda de soluciones prácticas por parte de los afectados.
El barrio Villa Armando, donde se ha implementado esta medida preventiva, espera que esta iniciativa sirva de ejemplo para otros comerciantes que también lidian con la impunidad de este tipo de delitos.
La comunidad celebra la astucia de este comerciante en la lucha contra la delincuencia, resaltando la importancia de encontrar soluciones locales ante problemas que a menudo pasan desapercibidos en el sistema judicial.