En la celebración realizada por la solemnidad del Corpus Christi, el arzobispo de Asunción, cardenal Adalberto Martínez Flores, manifestó que la Eucaristía “nos anima a crecer y fortalecer la amistad social, aun en medio de itinerarios de aflicciones y desiertos de indigencias”.
Igualmente, sostuvo que la amistad social se construye con el “pan de la solidaridad comprometida y compartida, con los necesitados, faltos de tierra, techo, pan, educación, salud, justicia”
“La solidaridad en la protección y lucha por los derechos de los niños, niñas, adolescentes víctimas de abusos y explotación de toda índole. La lucha contra todo tipo de abusos y violencias en entornos familiares, con alarmantes feminicidios y suicidios”, se explayó durante la misa celebrada en la Catedral.
Estos reclamos y reivindicaciones “nos llama y exige a todos”, ya sean instituciones públicas estatales, privadas, empresas, asociaciones, iglesias, comunidades, organizaciones ciudadanas, personas de buena voluntad a ser “manos que lavan otras manos y que enjugan rostros a veces desfigurados por las injusticias y la inequidad social”.
Puede leer: Alfombra de flores para celebrar el Corpus Christi en basílica de Pilar
“Manos solidarias y firmes que trabajen sin transigir por políticas de Estado, políticas que atiendan el desarrollo humano integral sustentable de nuestra población paraguaya, para erradicar las desigualdades y las grietas sociales que causa la pobreza”, puntualizó e indicó que la Eucaristía “es pan de vida, el pan material y espiritual necesarios para la vida plena, digna y dignificante”.
La Eucaristía en la vida del beato Carlo y Chiquitunga
En otro momento, manifestó que el beato Carlo Acutis y Chiquitunga, primera beata paraguaya, reconocieron “el rostro de Cristo en los sufrientes y necesitados” y se colocaron “el delantal del servicio para lavar los pies de los pobres”.
“Como Jesús el Señor, en su sacrificio de Amor, es el pan partido por nosotros y repartido con nosotros. Él nos necesita en esta tarea para ser discípulos creíbles, discípulos del maestro, alimentados del único Pan de Vida, puestos el delantal del servicio a Dios y a los hermanos”, se explayó.
Por último, pidió que la Virgen María, mujer Eucarística “nos ayude a cumplir con alegría la misión de testimoniar al mundo, sediento de amor, que el sentido de la vida es precisamente el amor infinito, el amor concreto del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.