11 jun. 2025

En el Alto Chaco subsisten tomando agua de tajamar desde hace décadas

Los chaqueños, tanto indígenas como latinos –así los denomina a los no indígenas–, tratan de calmar de la sed y el olvido sistemático del Estado ingiriendo las turbias aguas que quedan en los estanques.

Alcides Manena
ALTO PARAGUAY

El drama común que comparten las comunidades asentadas lejos del río Paraguay en la Región Occidental fue, es y probablemente seguirá siendo la falta de agua potable.

Es que no se avizora en el horizonte cercano una solución definitiva a esta problemática que se arrastra desde hace décadas.

Es así que los pobladores del Chaco –tanto indígenas como no indígenas– se han habituado a tomar agua de los tajamares para no morir de sed. Pero, con la aguda sequía, se complica la situación ya que el agua que sale de estos estanques adquiere un “color chocolate”. Y esto es producto de la falta de lluvia que les obliga a ingerir el líquido sedimentado del suelo.

icono whatsappRecibí las noticias en tu celular, unite al canal de ÚH en WhatsApp

El agua más “limpia” que toman es el que –en ocasiones– descargan de los camiones cisterna. Estos transportan el líquido del río –en la zona de Fuerte Olimpo– y si bien es más transparente, presenta un tono amarillento y no deja de ser insalubre.

Los tajamares no son otra cosa que grandes piletas de tierra cavados para que acumular agua de la lluvia, en las comunidades lejanas del territorio chaqueño. Todos los pobladores lo utilizan como sistema de agua para consumo humano y otros usos domésticos, en las estancias ganaderas sirven para el consumo animal preferentemente.

Estos reservorios, por ende, no almacenan agua potable. Y, en época de sequía, es cuando más cruda y turbia se vuelve el líquido vital. Para las personas, especialmente niños y ancianos, esto representa un riesgo para la salud. Pero ante la falta de agua y la ausencia de políticas de Estado, no queda otra opción que hidratarse con lo que sea para sobrevivir, a riesgo de contraer alguna enfermedad

Entre los pobladores latinos, las comunidades más golpeadas por la sequía son Toro Pampa, María Auxiliadora, San Carlos; ubicadas Fuerte Olimpo, a unos 65 a 100 kilómetros del río.

Desde hace décadas viven abasteciéndose del tajamar que, mediante una máquina de bombeo, llega agua corriente para cada familia. Pero, justamente, cuando no llueve se complica todo ya que los reservorios no tienen suficiente líquido y reparte agua sedimentada.

Para paliar la situación el Municipio, la Gobernación y el MOPC (Ministerio de Obras Publicas y Comunicaciones) envían agua potable en camiones cisternas que muchas veces son insuficientes para la demanda de los vecinos.

Sergio Castillo, actual concejal de Toro Pampa, suscribió que los habitantes sueñan con tener un acueducto que realmente funcione, ya que fue la promesa de anteriores autoridades de gobierno. “Este sería la solución definitiva al problema de agua que cada año soportamos”, enfatizó.

En Puerto Casado, donde está la imponente y fallida planta del acueducto para el Chaco Central, las comunidades indígenas Maskoy beben agua turbia de tajamar y dependen de la lluvia para reabastecer sus reservorios.

El profesor y líder tradicional, Mauricio Cabrera, relató que en otra época se surtían de una laguna natural para beber agua. Pero, luego se fue secándose y entonces con ayuda de la Iglesia Católica construyeron tajamar para abastecerse en sus respectivas comunidades. No obstante, lo que allí se junta tampoco alcanza para las otras comunidades nativas, entre ellas, Machete Vaina, Castilla, Banco´i, San Isidro y María Auxiliadora.

Recientemente, tuvieron que pedir auxilio para el envío de agua desde Casado en camión cisterna del MOPC, ya que se volvía insostenible tener que consumir líquido insalubre.

Más contenido de esta sección
Es la postal de bienvenida a los turistas que ingresan al país por el Puente de la Amistad. La Rotonda Reloj es una escultura que representa un ser humano con los brazos abiertos y el reloj, su corazón.
El 24 de mayo de cada año, por Resolución N° 806/2013 de la Junta Municipal de Pilar se establece como Día de la Solidaridad Pilarense en homenaje a la fecha.
El mural, que retrata el decisivo pedido de rendición al gobernador español Bernardo de Velasco, decora desde hace más de una década un espacio público de la ciudad.
Pobladores de Villarrica, capital del Departamento del Guairá, participaron este miércoles del tradicional desfile cívico organizado para celebrar los 455 años de esta ciudad, además para honrar a la Patria y a las Madres.
Su experiencia la llevó a fundar la Asociación Manos Solidarias, que este año celebra 12 años de trabajo con niños con afecciones oncológicas. Asisten a más de 500 pacientes en Alto Paraná.
En la cuna de poetas y músicos, también se gesta una revolución gastronómica. No se trata de un platillo sofisticado ni de un ingrediente exótico, sino de una hamburguesa que desafía la lógica de lo convencional.