En el cónclave que eligió a Jorge Bergoglio participaron 19 purpurados latinoamericanos y en el próximo serán 23.
En el último consistorio, el décimo de Bergoglio, seis de los nuevos purpurados procedieron de Sudamérica. Se trata del arzobispo de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, de 74 años; el de Santiago de Chile, Fernando Natalio Chomali Garib (67); el de Santiago del Estero y primado argentino, Vicente Bokalic Iglic (72); el de Guayaquil, el ecuatoriano Gerardo Luis Cabrera (69) y el brasileño arzobispo de Porto Alegre, Jaime Spengler.
Después de que el cardenal español nacionalizado chileno, Celestino Aos, cumpliese 80 años el pasado 6 de abril –la edad máxima para participar en el cónclave– quedaron 23 cardenales latinoamericanos posibles electores, aún lejos de los 55 europeos.
México tiene seis cardenales en el colegio cardenalicio, pero solo dos de ellos tendrán derecho a voto en el cónclave: el arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, de 75 años (nombrado en 2016 por el papa Francisco), y del arzobispo de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, de 74 años (nombrado en 2011 por Benedicto XVI).
Por América Central y el Caribe están el arzobispo de San Cristóbal de La Habana (Cuba), Juan de la Caridad García Rodríguez; el de Ciudad de Guatemala (Guatemala), Álvaro Ramazzini, y el nicaragüense Leopoldo Brenes.
AMÉRICA DEL SUR. Mientras que son 17 los representantes de América del Sur.
Los argentinos serán cuatro: el prefecto del Dicasterio de la Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Tucho Fernández; el arzobispo de Córdoba, el jesuita Ángel Sixto Rossi; el arzobispo de Santiago del Estero, Vicente Bokalic, y Mario Poli, arzobispo emérito de Buenos Aires.
Siete son los cardenales brasileños: João Braz de Aviz, Pedro Scherer, Orani João Tempesta, Leonardo Steiner, Sérgio da Rocha, Jaime Spengler y Paulo Zeza Costa.
Además del chileno Fernando Natalio Chomali; el ecuatoriano Luis Fernando Cabrera, el paraguayo Adalberto Martínez Flores; el peruano y arzobispo de Lima, Carlos Castillo; el uruguayo Daniel Fernando Sturla Berhouet y el arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda Aparicio.
Se espera que el cónclave se realice 20 días después del funeral del papa Francisco, a mediados de mayo. EFE
PROCES0 HASTA EL CÓNCLAVE
VELATORIO. El féretro es velado desde este lunes en la capilla de la residencia del Papa, la Casa de Santa Marta.
LITURGIA FÚNEBRE. Hoy tendrá lugar la primera congregación general con los cardenales que ya se encuentren en Roma y su primera labor será estipular la liturgia fúnebre.
EXPOSICIÓN AL PÚBLICO. Este miércoles se espera que el féretro del papa Francisco sea llevado desde la Casa de Santa Marta hasta la Basílica de San Pedro para su exposición a los fieles. En el caso de Benedicto XVI, fallecido el 31 de diciembre de 2022, se concedieron tres días, como es tradición.
FUNERAL. La legislación vaticana vigente, el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, un documento que regula las exequias papales, y la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, indican que el funeral debe celebrarse entre el cuarto y sexto día de la muerte. Sobre la base de esta información, según valora la Santa Sede, el funeral debería celebrarse un día entre el próximo viernes y el domingo.
SEPULTURA. En un testamento publicado este lunes el papa Francisco expresa su voluntad de un sepulcro “sencillo”, en una basílica de Roma dedicada al culto de María. En él, el Sumo Pontífice pide que sus restos mortales “descansen, esperando el Día de la Resurrección, en la basílica papal de Santa María la Mayor”, en el centro de Roma. Además, Francisco pide un sepulcro “de tierra, sencillo, sin ninguna decoración particular y con una única inscripción: Franciscus”.
PROCESO SUCESORIO. Las congregaciones cardenalicias, por lo general, se reúnen cada día para ir regulando este proceso sucesorio, mientras que los cardenales de todo el mundo menores de 80 años de edad llegan a Roma para participar en un futuro cónclave (actualmente son 135).
CÓNCLAVE. La misión de las congregaciones cardenalicias es también acordar el inicio del cónclave, la reunión secreta en la que se encierran en la Capilla Sixtina para elegir un nuevo Papa y que deberá celebrarse en el plazo máximo de 20 días después del funeral.
Legado compuesto por encíclicas, libros y más
El papa Francisco deja como legado intelectual cientos de escritos, entre encíclicas, discursos y homilías, en los que habló del amor en tiempos de relativismo, el cuidado de los más desfavorecidos o hasta del ecologismo frente a la crisis climática.
Publicó un total de cuatro encíclicas. En realidad serían tres y media, pues la primera, Lumen fidei (2013), fue empezada por su antecesor, Benedicto XVI.
Después llegó uno de sus textos más influyentes, Laudato Si (2015), en el que abordó el cuidado del medioambiente, de lo que él denominaba la “Casa Común”.
Un lustro después publicó Fratelli Tutti (2020), una defensa de la hermandad y coexistencia entre culturas escrita a la sombra de la pandemia de coronavirus. En la última, Dilexit Nos (2024), condensó abogó por el amor contra “el drama vergonzoso” de la guerra. También publicó libros: El nombre de Dios es misericordia, las autobiografías Life (2024) y Esperanza (2025). EFE