El tapir, que en Paraguay recibe el nombre de Mborevi, cumple un papel fundamental en la dispersión de semillas, y actualmente su población se encuentra disminuida en el país, debido a la pérdida de su hábitat y la cacería furtiva. Pese a ello, es protegida en varias áreas silvestres.
La Itaipú Binacional trabaja en la preservación de esta especie que se encuentra en peligro de extinción, y en el Día Internacional del Tapir, cuya celebración es este sábado, se unen al llamado de cuidar a estos animales.
Principalmente, por el rol que cumplen en la naturaleza, son considerados como jardineros de la selva.
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En el Paraguay, se encuentra en varias áreas silvestres protegidas tales como Defensores del Chaco, Médanos del Chaco, Chovoreca, Río Negro en el Chaco, y Paso Bravo, Bosque Mbaracayú y otras en la región Oriental.
Específicamente en la binacional, cuenta con un banco genético de la especie, con 17 ejemplares bajo cuidado humano en el Centro Ambiental.
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Asimismo, protege poblaciones silvestres de tapires que habitan en sus reservas naturales y la franja de protección del embalse.
Los Mborevi son los mamíferos salvajes terrestres de mayor tamaño de América del Sur, llegando a pesar entre 250 y 300 kilos, y a medir más de un metro de altura. En vida silvestre se desplazan entre 3 y 4 kilómetros por noche. Son mayormente nocturnos y solitarios.
El periodo de gestación es de alrededor de 13 meses, y tienen una sola cría.
Según el biólogo Guido Ayala de Wildlife Conservation Society (WCS), quien ha estudiado a los tapires por más de 12 años, ellos son ramoneadores, que se alimentan de hojas, y frugívoros.
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Su dieta consiste en hojas, vegetación acuática, brotes de plantas y frutos que caen en el suelo. Por ello, es una especie que ayuda a la dispersión de semillas de las plantas dentro de su hábitat.
La especie, al comer los frutos, come la pulpa y traga la pepa, después camina distancias largas y defeca en sitios lejanos expulsando la pepa con una masa que le sirve de abono, la cual germinará con el tiempo.