Este sábado se recuerda el Día Mundial del Agua, jornada que fue instalada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) para destacar la importancia de este recurso y abogar por la gestión sostenible de este líquido vital.
En ese contexto, en el Paraguay existen una carencia que afecta constantemente desde hace décadas a los pueblos indígenas del Chaco Central y Bajo Chaco principalmente, que no tienen acceso a agua para beber.
Según la organización Tierra Viva para los Pueblos Indígenas, para las comunidades el acceso a agua potable sigue siendo un derecho postergado, cuya carencia se profundiza a causa de la inacción gubernamental y la crisis climática que impacta localmente.
Según datos del Censo Indígena del 2022, sólo el 25,3% de las viviendas indígenas tienen acceso a agua corriente. Esto lleva a que muchas comunidades accedan solo a sistemas de agua no tratadas o dependan casi exclusivamente de reservorios naturales o la asistencia estatal.
Lea más: Acueducto del Chaco se rehabilita y el agua potable al fin llegará a Loma Plata
Ante esto, líderes indígenas realizan permanentes gestiones y reclamos para lograr que el Estado asista adecuadamente a las comunidades, además de insistir en la importancia de desarrollar alternativas sustentables para garantizar el acceso a agua potable de forma permanente para cientos de comunidades indígenas que no acceden a este derecho.
Con cada reclamo que realizan los nativos de diversas etnias afectadas por la sequía, que se traduce en la falta de agua, notan la falta de interés por parte de las autoridades.
Los representantes, tanto distritales, departamentales y nacionales, no tienen políticas claras para dotar de infraestructuras a este sector vulnerables, donde niños, mujeres y ancianos sufren por la carencia de líquido vital para beber. Movidos por la necesidad, llegan al extremo de cavar pozos en busca de agua o tomar de los tajamares insalubres.
En el Chaco, la situación se agrava debido a la fragilidad del ecosistema y los duros efectos de la crisis climática. Esta crisis profundiza los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías y las olas de calor que han sido implacables en los últimos años, alcanzando prácticamente la totalidad del territorio chaqueño.
Sólo en el Bajo Chaco, Departamento de Presidente Hayes, existen unas 65 comunidades indígenas que se han visto en mayor o menor medida afectadas por la sequía durante el último año, resalta en su informe la oenegé Tierra Viva, que se ha enfocado en apoyar la lucha de los indígenas por conseguir el acceso a los derechos básicos.
La organización civil tuvo que llegar a instancias judiciales con recursos de amparos para lograr que el Estado provea agua adecuada para el consumo humano, subscribe el informe relacionado al tema de agua publicado en la página web y en redes sociales.