En ese sentido, pidió que se impulsen las acciones y gestiones necesarias, dentro de las competencias de la Secretaría del Ambiente, con el objeto de investigar, determinar y cuantificar los impactos negativos de las numerosas arroceras ubicadas especialmente en el Departamento de Ñeembucú y otras de la República del Paraguay.
Según su versión, aparentemente desde hace meses, y en la actualidad, las arroceras vienen sacando agua del río Paraguay mediante potentes motobombas que posteriormente son destinadas al riego y mantenimiento de estos sembradíos, además de haber abierto importantes canales de unos 20 metros de ancho que transportan millones de litros de agua del río.
Como agravante, mencionó que el agua luego es supuestamente devuelta con residuos tóxicos (fertilizantes), afectando de esta manera, a todas las poblaciones y usuarios que se ubican aguas abajo”.