Horacio Cartes dio un discurso muy similar al de la asunción de mando el 15 de agosto pasado; mezclado con temas de actualidad como el conflicto en Siria, Kenia y los roces entre Israel y Palestina.
Al arrancar, recordó el proceso electoral paraguayo, al que calificó de “ejemplar” y manifestó que la democracia en nuestro país está fortalecida.
En un claro llamado a inversionistas extranjeros, señaló que Paraguay es una “tierra de oportunidades” y que su pueblo no pedirá limosnas.
“Paraguay es un país claramente elegible para las inversiones. La naturaleza ha dotado a mi Patria de un clima envidiable, de más de 90 ríos, de tierra abundante y fértil, de energía limpia y renovable generada por tres centrales hidroeléctricas, una de ellas, Acaray, enteramente paraguaya, además de Itaipú y Yacyretá que pertenecen al Paraguay en condominio con el Brasil y con la Argentina, respectivamente. Estas últimas están entre las hidroeléctricas más grandes del mundo”, refirió.
Hizo hincapié en la educación, diciendo que es la única clave que posibilita el desarrollo. No estuvo ausente un homenaje al Mariscal Francisco Solano López.
Culminó su alocución con la frase “Los Jefes de Estado y de Gobierno somos pasajeros. La historia nos juzgará por lo que hicimos en favor de nuestros pueblos y nos reclamará con justicia lo que dejamos de hacer.”