Con emotivos carteles, globos de colores y mucho amor y alegría, los allegados y vecinos del barrio Zeballos Cué de Asunción dieron la bienvenida este jueves a Anita, la pequeña de 6 años que accedió hace 15 días a un trasplante de corazón en el Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, de San Lorenzo, Departamento Central.
Los médicos confirmaron durante esta jornada que la niña había evolucionado favorablemente tras la compleja cirugía a la cual fue sometida, por lo cual le otorgaron su alta, informaron a través de NPY.
Posteriormente, los familiares y otros seres queridos llegaron hasta el centro asistencial, desde donde partieron en caravana y llevaron a Anita hasta su vivienda, donde regresó tras haber haber permanecido más de 100 días internada.
Además de todos los vecinos y amigos que la acogieron con mucha alegría, también recibió a Anita su perrito Willy, de quien la niña hablaba constantemente con sus doctores y manifestaba cuánto lo extrañaba.
La paciente partió del centro asistencial ya incluso caminando, mientras a las afueras la esperaban sus dos abuelas. Entre lágrimas, ambas mujeres expresaron su felicidad por los alentadores resultados de su nieta.
Posteriormente, alrededor de las 10:00, Anita subió a un vehículo y todos los móviles preparados para la caravana arrancaron y partieron rumbo al barrio Zeballos Cué, donde también vivía el donante de corazón de la pequeña.
El trasplante de Anita se realizó entre la noche del pasado jueves 20 de octubre y la madrugada del viernes, tras lo cual se inició el proceso de espera para que el órgano responda efectivamente dentro de la paciente.
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Apenas un día después, el médico Marcos Melgarejo, jefe de Cirugía Cardiovascular del Hospital Acosta Ñu, confirmó que la niña se encontraba bien y que su nuevo corazón estaba bombeando con fuerza, lo que les llenaba de optimismo.
De acuerdo con el profesional, la cirugía de Anita fue muy compleja y más prolongada que otros procedimiento similares, debido a que estuvo 80 días conectada a un corazón artificial.
Por esto, el doctor resaltó la importancia de la donación, debido a que generalmente los pacientes son conectados a un órgano artificial cuando ya no resisten a la espera.
La Ley Anita 6170/18 establece que toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos posterior a su fallecimiento. No obstante, si una persona no desea ser donante, debe manifestarlo por escrito al Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT). La normativa lleva ese nombre en honor a los padres de la pequeña Ana Almirón, quienes pese al dolor por la pérdida decidieron donar las córneas de la niña fallecida.