La mascarilla, denominada MOxATech, ya está a la venta desde abril, pero su capacidad de inactivar el virus solo ha sido ahora confirmada por una serie de test realizados por el iMM, informaron hoy en un comunicado las entidades que integran el proyecto.
Este equipo de protección, que cuenta con un revestimiento que neutraliza el virus cuando entra en contacto con él, ha sido desarrollado gracias a la colaboración entre el fabricante textil Adalberto, la empresa minorista MO, Sonae Fashion, el centro tecnológico CITEVE, el iMM y la Universidade do Minho.
El virólogo del iMM Pedro Simas, que coordinó los test, aseguró que las pruebas realizadas “han demostrado una eficaz inactivación del SARS-CoV-2 incluso después de 50 lavados, observándose una reducción viral del 99% tras una hora de contacto con el tejido”.
Para poner a prueba su eficacia, se analizó el tejido tras estar en contacto con una solución que contiene una determinada cantidad de virus, para medir su viabilidad a lo largo del tiempo.
Antes de que el iMM confirmase su eficacia para inactivar el virus del Covid-19, el Institut Pasteur de Lille, en Francia ya había testado con éxito sus características antimicrobianas contra el virus H1N1, el Corona-type y el rotavirus.
La mascarilla, desarrollada con un tejido técnico que integra varias capas distintas, impermeable y reutilizable, también cuenta con una certificación de la Direction Générale des Entreprises francesa que acredita una retención de partículas del 96%, incluso después de 50 lavados.
Aunque ahora están a la venta solo en las tiendas de la marca portuguesa MO, disponibles para toda la Unión Europea, el proyecto fue abierto a la comunidad para que otras marcas en Portugal y en el exterior puedan distribuirlas.
Otra opción
Otra mascarilla está en desarrollo de la mano del español Álvaro González Romero-Domínguez y la italiana Simona Lacagnina. Creada en italia, esta máscara es sostenible y tecnológica, capaz de autodesinfectarse, medir la calidad del aire y alertar de focos cercanos de coronavirus. Cliu lleva por nombre esta creación que se comercializará en dos versiones: una sin tecnología y otra inteligente, ambas con el mismo diseño. La mascarilla inteligente contará con un sistema bluetooth, sensores y una serie de algoritmos que, a través de una aplicación, medirán la calidad del aire, de la respiración, la frecuencia cardiaca y detectará si hay algún foco activo de coronavirus en las proximidades. “Ayudará a prevenir enfermedades respiratorias”, aseguran sus creadores.