Venezuela, que el domingo pasado aprobó en un referendo unilateral anexionarse la zona en litigio, ha asumido la convocatoria a esta reunión “con beneplácito y compromiso”.
En el escrito también se señala que, en las conversaciones con Lula da Silva y Gonsalves, Maduro ratificó “la posición histórica sobre los incuestionables derechos” de Venezuela sobre la Guayana Esequiba, el área de casi 160.000 kilómetros cuadrados en disputa, controlada por Georgetown.
Sobre la conversación con Guterres, el texto indica que el secretario general de la ONU “se comprometió en impulsar los esfuerzos en favor del diálogo directo entre las partes” y “recordó que siempre ha ofrecido sus buenos oficios para la solución de la controversia”, que data del siglo XIX.
Este pleito ha cobrado vigor desde 2018, en vista de la admisión del caso por parte de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que ha pedido a Venezuela no completar acciones que alteren la dinámica actual sobre el área, administrada por Guyana.
Sin embargo, Maduro rechaza la mediación de la CIJ en este asunto, un alegato que también se vio reforzado con el referendo, en el que los venezolanos acordaron no reconocer la jurisdicción del tribunal internacional que, de cualquier modo, emitirá una decisión vinculante para las dos naciones en los próximos meses.
ORO NEGRO. El descubrimiento de vastos yacimientos de petróleo fue el detonante que reavivó esta vieja disputa territorial, que alcanzó nuevos picos con la concesión de licencias a multinacionales como ExxonMobil para explotar crudo en aguas reclamadas por ambos países.
El Esequibo, territorio de 160.000 km², es administrado por Guyana, pero Venezuela lo reclama al defender los límites de su época como colonia de España. La pugna se reavivó cuando en 2015 el gigante energético estadounidense ExxonMobil descubrió enormes reservas de crudo en la zona.
Guyana, con 800.000 habitantes, quedó con reservas estimadas de 11.000 millones de barriles de crudo, las más altas per cápita del mundo.
Exxon ha desarrollado 63 proyectos de perforación en el bloque Stabroek, llevando a Guyana a elevar la producción a 600.000 barriles diarios (bd), y se calcula que para finales de 2027 este en los 1,2 millones bd.
El Gobierno del presidente Nicolás Maduro ha denunciado que esta operación petrolera se realiza en aguas por delimitar y tacha al mandatario guyanés Irfaan Ali de “esclavo” de ExxonMobil.