08 ene. 2025

“En una construcción y a oscuras, le dije a Jesús ‘te necesito’”

Fuertes testimonios de un joven que con fuerza de voluntad y apoyo consiguió, de estar sumergido en las redes de las drogas, emerger hasta recuperarse y ser un referente y guía en rehabilitación.

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Apoyo. Emiliano (parado) instruyendo a jóvenes en el Centro Educativo La Esperanza, Itauguá.

gentileza

Hoy se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, una fecha tan especial que llama a reflexionar respecto a las políticas preventivas y de salud, y las distintas maneras de ayudar como sociedad, para disminuir el aumento de jóvenes y menores que ingresan al mundo de las drogas en nuestro país. También a dejar de revictimizar a los que cayeron en el lamentable flagelo.

Un testimonio de superación es la de Emiliano Jara, quien en contacto con ÚH nos contó cómo cayó en las redes de la drogadicción y pudo levantarse y convertirse en referente y guía para otros usuarios que deciden por voluntad propia “batallar” hacia una nueva vida sin drogas.

“Empecé a los 14 años cuando estaba en el 2° curso del antiguo sistema. Dejé el colegio, me mudaron a otro, pero a ese ya no asistía, a los 15 (años) entré por robo al correccional de menores Panchito López de Tacumbú, donde estuve por 5 meses”, inició su relató de vida Emiliano, de 42 años.

Continuó diciendo que un mes después que salió de prisión, volvió a entrar por robo. Su situación no era buena ya que se involucró con mucha gente con problemas de adicciones. Desde chico, Emiliano estaba al cuidado de una tía, ya que sus padres eran separados y totalmente ausentes. “En ese tiempo buscaba parecerle a alguien y tenía un amigo, a quien cuando le miraba y decía ‘quiero parecerme a él’, pero justo mi amigo fumaba, entonces empecé a fumar y a tomar”, recordó.

Cuenta que a los 21 años enfermó de esquizofrenia y lo internaron en el Neurosiquiatrico. Al salir retornó a la casa de su tía, quien poco tiempo después tuvo que echarle de la casa porque había recaído nuevamente en las drogas. “Empecé a vivir en las calles y de vuelta a robar, y fui preso a Tacumbú”, relató.

De vuelta, al salir de la cárcel, su tía, quien ya se convertiría en su heroína, lo volvió a aceptar en su casa hasta que otro problema lo devolvió a las calles y a refugiarse en construcciones o casas abandonadas. “No recuerdo ni por cuánto tiempo anduve así”, dijo.

el cambio de vida. “Una noche dentro de una construcción a oscuras, le dije a Jesús ‘te necesito, no sé qué hacer, quiero que me ayudes’, me rendí a él y ahí empezó todo”, rememoró acongojado.

Desde ese momento, pasó 15 días deambulando por las calles, pero ya sin probar ni un tipo de droga hasta que decidió con mucha fuerza de voluntad acudir a un centro de rehabilitación y luego a otros más. Por último, llegó al Centro Tekove Pyahu, de Atyrá, donde se quedó por cuatro años y pudo sanarse por completo.

“Mi tía me visitó allí y me volvió a llevar porque me vio distinto, empecé a estudiar, terminé el colegio, alcancé la Licenciatura en Teología, acabo de terminar la carrera de sicología, solo me queda la tesis y estoy 18 años sin consumir. Tengo un hijo de 8 años a quien amo como a nadie”, detalló con entusiasmo.

Emiliano ahora ayuda en grupos de apoyo a adictos que funcionan en el predio de la Iglesia Ministerio de Familia de Itauguá. Además, es coordinador en la Red de Voluntarios del Paraguay (0982) 568-368, realizando visitas en el Centro Educativo La Esperanza de Itauguá.

Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas

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