Muchos de los turistas que visitan la ciudad de Encarnación aseguran que los mejores atardeceres de la Perla del Sur se pueden contemplar desde la playa Mbói Ka’ê, una de las más tranquilas y bellas de la zona, espacio que cada vez gana más adeptos.
Sus visitantes, la mayoría familias, destacan que es un espacio de extrema tranquilidad, ideal para quienes buscan relajarse. “Alquilamos una casa a cuatro cuadras de acá, llegamos el lunes y el domingo nos vamos, nos queda cerca, venimos caminando, tranquilo, sin preocupación y pasamos el día en la playa, hacemos lo mismo desde hace cuatro años”, comentó Daniel Cañete, padre de familia de Asunción.
La extensa playa, en los días de poco viento, regala sonidos similares al de las olas rompiendo en las orillas de una playa.
A la belleza natural se suma una muy buena infraestructura, con sectores de baño totalmente señalizados, presencia de personal de seguridad y agentes de la Policía Nacional, y aseo permanente del lugar por parte de cuadrillas de limpieza de la Municipalidad local.
Recibí las noticias en tu celular, unite al canal de ÚH en WhatsAppPalmeras y pequeños quinchos de paja diseminados por todo el lugar, le dan un toque diferente a esta playa que posiblemente no presente la misma trascendencia y las estructuras que su hermana, la playa de San José, pero no existen reclamos o quejas para quienes la visiten por primera vez o ya sean asiduos visitantes, que llegan hasta el lugar.
MÁGICOS ATARDECERES. Sus atardeceres son realmente muy bellos, el paisaje prácticamente sobre el horizonte es infinito, ya que el recorte de la ciudad de Posadas se encuentra a un costado de la vista de quienes disfrutan de este espectáculo diario del astro rey, despidiéndose de un nuevo día.
Además, Mbói Ka’e es escenario de espectáculos musicales que albergan a miles de fanáticos de los grupos que se presentan aquí. Se suman paradores gastronómicos, barras con riquísimos tragos, música, duchas, hay paseos en cisnes a pedal por G. 30.000, y todo lo necesario para disfrutar de un lugar paradisiaco, a orillas del imponente Paraná.