En la capital de Perú, Lima, hasta donde se han desplazado miles de ciudadanos de otras regiones del país, varios grupos de manifestantes han recorrido las principales calles del centro histórico desde la mañana del jueves, a la espera del arranque de una marcha.
Una vez iniciada la movilización, se registraron los primeros enfrentamientos entre manifestantes y la Policía Nacional del Perú (PNP), que desplegó un gran contingente y tanquetas.
Los incidentes ocurrieron en varias calles del centro, entre ellas el jirón Azángaro, en las inmediaciones de la sede de la Cancillería y de la Defensoría del Pueblo, y en la avenida Abancay, que conduce hasta el Congreso.
En estos y otros puntos, los policías dispersaron con bombas lacrimógenas a los manifestantes, mientras ellos lanzaban piedras, palos y otros objetos contra los agentes.
Mientras tanto, un incendio de grandes dimensiones arrasó repentinamente una casona del centro histórico de Lima, apenas a unos metros de la icónica plaza San Martín, epicentro de la gran manifestación antigubernamental.
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Durante horas, los manifestantes se enfrentaron a la Policía desplegada en la zona y la hicieron retroceder hasta retirarse de la plaza San Martín, cuando las llamas comenzaron a arrasar el edificio, todavía no identificado, en un sector con muchas casonas históricas construidas en parte con madera.
Ante los rumores en redes sobre la causa del incendio, el ministro del Interior de Perú, Vicente Romero, aseguró que es “totalmente falso” que una bomba lacrimógena de la Policía Nacional haya provocado el incendio.
“Es totalmente falso. Yo puedo colocar este artefacto lacrimógeno en mi bolsillo y eso no causa quemadura, simplemente el gas es lo que provoca”, dijo Romero en un mensaje conjunto del Gobierno.
Mientras se incrementaban los enfrentamientos en la cercana avenida La Colmena, se vio que las llamas comenzaron a aparecer en el tejado de la casona de un gran edificio ubicado a pocos metros de la plaza, lo que generó el despliegue de la Policía y miembros de sanidad para atender la emergencia.
Rápidamente, llegaron unidades de los cuarteles de bomberos voluntarios ubicados a pocos metros del lugar, entre ellas una gran escala telescópica, que comenzó a combatir el fuego prendido en el centro histórico de la capital, considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
El comandante general de los bomberos, Luis Ponce La Jara, declaró a la cadena América Televisión que “originalmente es un edifico vacío”, pero dijo que se procedió a “evacuar a los vecinos para evitar que vaya a producirse una mayor desgracia”.
“Es un edificio histórico y el material de construcción es de quincha (un antiguo entramado de caña o bambú recubierto con barro), son rápidamente inflamables”, señaló.
Ponce La Jara urgió a los manifestantes que protestan en el centro histórico que liberen la zona y den paso a sus unidades para sofocar el incendio de grandes dimensiones.
Los manifestantes, muchos de ellos ataviados con banderas de Perú y la wiphala, usada con frecuencia por algunas comunidades indígenas, exigen la renuncia inmediata de la presidenta, Dina Boluarte, el cierre del Congreso, nuevas elecciones para 2023 y la convocatoria a una asamblea constituyente.
Más allá de Lima, la tensión también fue creciendo en otras regiones del país, sobre todo en las sureñas de Arequipa y Cuzco, cuyos aeropuertos suspendieron sus operaciones ante los intentos de los manifestantes de acercarse a los respectivos terminales.
En la denominada Ciudad Blanca, se registraron enfrentamientos cuando los protestantes rompieron las vallas del perímetro del aeropuerto, a lo que los agentes policiales respondieron con el lanzamiento de bombas lacrimógenas.
Según informaron medios locales, otros grupos de protestantes de las sureñas ciudades de Juliaca y Tacna también trataron de llegar hasta las instalaciones aeroportuarias.
Desde que comenzaron las protestas en diciembre pasado, en varios puntos del país los manifestantes han intentado ocupar las instalaciones aeroportuarias, provocando el cierre de algunas de ellas.
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Al mediodía, de acuerdo con el último reporte de la Defensoría del Pueblo, había movilizaciones en una veintena de provincias del territorio nacional, concentradas sobre todo en el sur.
Además, los puntos con tránsito interrumpido ascendieron a 127 debido a bloqueos de carreteras que afectan 26 vías de 18 de las 28 regiones peruanas, según datos oficiales.
Las manifestaciones antigubernamentales en Perú iniciaron tras el fallido autogolpe del ex presidente Pedro Castillo el 7 de diciembre pasado y, desde entonces, han cobrado la vida de más de cincuenta ciudadanos, entre ellos varios menores de edad y un policía.