Pareciera ser que esta vez hasta el sol quiso brindar un homenaje a una de las personas que con su trabajo y personalidad dejó una huella en sus seres queridos y la sociedad.
A las 10:50, rodeado de familiares, amigos y colegas el féretro del doctor José Manuel Fusillo Ayala descendió hasta su morada final en el camposanto Jardín Futuro. En medio del verdor del lugar, el canto de cigarras y pájaros que se elevaban hasta el cielo azul, junto a las oraciones y dedicatorias al médico.
Los presentes destacaron las virtudes del neumólogo que falleció a los 46 años, luego de estar unos días en terapia intensiva. Había sido operado de un ACV. Entre palabras y aplausos destacaron su virtud como profesional, como padre y como ser humano.
“La casa giraba en torno a él. Un profesional genial”. “Dejó una huella gigante en mi corazón”. “Soñaba con esto y él me decía que nunca me iba a faltar. Ahora no lo puedo creer”, fueron las palabras de sus hijos Fabrizio, Enzo y Sofía, quienes de esa manera describieron a los presentes lo que significó su padre.
“Él no merece lágrimas, sino un aplauso de pie. Recordarlo con amor, alegría y sencillez”, dijo su hermana la doctora Carla Fusillo.
Reconocido neumólogo, el doctor José Fusillo fue una de las voces más reconocidas durante la pandemia del Covid-19 en el país.
Junto al equipo de profesionales de la salud y otros funcionarios del Ineram, brindó asistencia a la población en los días más críticos entre febrero y junio del 2021.
Desde su rol de referente de la Sociedad Paraguaya de Neumología también advirtió sobre los peligros del uso cada vez más expandido del vapeador entre los niños, jóvenes y adolescentes.
Amigo, querido por sus colegas y de quienes lo conocieron. Padre y esposo que seguirá presente en el corazón de su familia, el doctor Fusillo hizo eterno su legado una azul mañana de diciembre.