EFE
Acevedo, senador por el departamento de Amambay, explicó que en las ciudades fronterizas con Brasil se concentra el flujo de armas de grueso calibre, además del tráfico de cocaína y pasta base originaria de Bolivia, debido a la falta de controles y la corrupción de la Policía Nacional.
Según Acevedo esa circunstancia es aprovechada por el EPP, al que el Gobierno responsabiliza de la muerte de 39 personas desde 2008, además de varios secuestros y atentados.
El atentado más reciente del EPP se produjo hace una semana, cuando la guerrilla mató al matrimonio alemán formado por Robert Natto, de 60 años, cuya familia se estableció hace 40 años en el norte de Paraguay para dedicarse a la ganadería, y su esposa, Erika Reiser, de 53.
El ministro de Interior, Francisco de Vargas, reconoció el año pasado que el país guaraní sufre un “descontrol” en el comercio de armas, una semana después del asalto a un vehículo que portaba municiones para su venta a la Policía.
Según el ministro, el comercio informal de armas es una “práctica bien instalada a nivel nacional”.
La compra en la frontera no es la única fuente de armamento del grupo guerrillero, la corrupción en el Ejército y la Policía les permite adquirir fusiles de las Fuerzas Armadas profesionales, recordó Acevedo.
El viceministro de Seguridad Interna del Ministerio del Interior, Javier Ibarra, admitió la semana pasada la desaparición de dos armas largas automáticas en una armería de las Fuerzas de Tarea Conjunta (FTC) que operan en el departamento de Concepción, zona de influencia del grupo armado EPP.
Según el Ministerio de Interior, las ametralladoras son “un M-4 y un Galil”, que fueron sustraídas en agosto del año pasado.
Por otro lado, el senador opositor también destacó que el grupo armado se alía con los pequeños productores de marihuana pero no con los grandes carteles de narcotraficantes que mueven la pasta base boliviana hacia Brasil y Colombia a través de Paraguay.
“A esos no los tocan, el EPP les teme, no le conviene y a los narcotraficantes tampoco porque les complica el negocio. Los clanes están a otro nivel, bien respaldados por políticos y la Policía”, añadió.
Desde que Horacio Cartes es presidente de Paraguay, el EPP ha asesinado a 19 personas, siete de ellas civiles, y las Fuerzas de Tarea Conjunta han terminado con la vida de 11 presuntos guerrilleros.
El EPP mantiene secuestrado desde hace siete meses a un policía llamado Edelio Morínigo, por el que pide al Gobierno un canje por guerrilleros encarcelados, que este ha rechazado.