La misión, que se realizará del 3 al 14 de junio, estará a cargo de dos expertos del Instituto francés para la investigación para la Arqueología Preventiva (Inrap), y el lugar escogido será en torno a lo que queda del museo del Campamento Cerro León, en la localidad de Pirayú, 50 kilómetros al este de Asunción.
En esta zona hay un museo y “su infraestructura nos va a permitir instalar una escuela taller, y porque se considera que fue un sitio donde hubo mayor movimiento de tropas”, afirmó a Efe el titular de la SNC, Rubén Capdevila.
Capdevila señaló que otro enclave identificado por la cooperación francesa en la primera misión de hace dos años es el Departamento de Ñeembucú, en el extremo Sur del país, donde hubo más tiempo de batalla y duración de la guerra, que diezmó la población paraguaya.
Consideró el apoyo francés como de “consolidación y de crecimiento” porque ha permitido la creación de un “equipo interinstitucional de arqueólogos, técnicos en arqueología preventiva para poder cubrir la demanda que hay en el país”
Paraguay “no tiene la carrera de Antropología ni Arqueología ni tampoco de Paleontología, que son tres ciencias fundamentales para poder abordar las diversas necesidades que hay en los sitios donde se encuentran este tipo de patrimonio”, señaló.
Capdevila encabezó el anuncio de la segunda etapa de la misión francesa en una presentación realizada en la sede de la Alianza Francesa junto con la embajadora de ese país, Sophy Aubert, y una de las primeras arqueólogas paraguayas formadas en Francia.
Esta fase de la cooperación continuará con la capacitación en el país europeo de un militar y dos civiles paraguayos, “de setiembre a noviembre de este año”, según un comunicado de la Secretaría Nacional de Cultura.
En el documento se recuerda que la primera misión técnica se remonta a octubre de 2017, cuando dos arqueólogos franceses visitaron varios de los lugares en los que se habían desarrollado las batallas más memorables de esa contienda.
En ella, Paraguay perdió a cerca de la mitad de la población, quedando una relación de cuatro mujeres por cada hombre, según los cálculos más aceptados por los historiadores.