Diversos sectores coinciden en que no está garantizada la participación, no solo de parte de la comunidad educativa, sino de referentes sociales, académicos, campesinos y culturales.
La simulación de participar en espacios virtuales se muestra apenas en números macros. Hay 65 resultados que deben alcanzarse para el 2040, unas 9 políticas públicas que dan un marco general al proyecto.
Uno de los problemas es que en el Ministerio ya definieron con calendarios preestablecidos sus eventos, mesas, talleres y foros regionales. Se ciñen al guion, por lo que son incapaces de atender la demanda de la gente. El único aspecto que agregaron a las políticas públicas de esta transformación es el de familia, educación y sociedad. Pero después, el libreto es el mismo, desde el 2018 a esta parte.
“Necesitamos héroes civiles”, dijo hace unos días el ministro de Educación, Nicolás Zárate. No, ministro. Lo que hace falta no son héroes civiles, ni militares, ni que usted haga loas a un Gobierno dictatorial que causó estragos justamente en la población civil. Lo necesario aquí es generar una participación ciudadana activa y que todas las voces sean escuchadas. Es urgente que se deje de lado toda esta maniobra de ensalzarse con documentos y cientos de páginas donde la realidad, el día a día en las escuelas públicas, quedan en un segundo plano.
Una profesora del Norte del país, de zonas rurales, expuso también en una nota con este diario que pareciera que en la cartera reúnen a los docentes, escuchan sus opiniones, sobre su trabajo en campo, pero después hacen la vista gorda y terminan forzando planes sin tomarlos en cuenta. El acto de escuchar, requiere, decía un conocido pedagogo brasileño, aceptar y respetar las diferencias del otro.
Le puedo asegurar al jesuita Montero Tirado, que lo último que hacen en el MEC es poner en práctica las teorías de Paulo Freire, lastimosamente. Que hoy se cuestione el enfoque de derechos, la interculturalidad, la teoría de género y la inclusión en este plan es en gran parte responsabilidad de quienes están en el MEC. Recordemos que hoy está el mismo entorno de Enrique Riera, quien aprobó una resolución por la cual se prohibió cualquier material sobre género en las escuelas públicas. El documento sigue vigente. Ahí le dieron más fuerza a las personas que hoy son las que apuntan contra ustedes en el Plan Nacional de Transformación Educativa.
Mientras, la realidad golpea. Los casos de violencia escolar se dispararon como nunca antes. Las docentes y los estudiantes reclaman una mayor atención a la salud mental, luego del encierro por la pandemia del Covid.
Pero no hay profesionales de la salud mental en las instituciones educativas. Es más, Hacienda plantea descontratar a más de 500 sicólogos/as, a maestras mochileras y a maestras auxiliares que terminan contrato en diciembre próximo. Pese a los reclamos de las especialistas, que debieron salir a las calles para hacerse oír (pero en el MEC aseguran que dan espacios de escucha y de diálogo), hasta ahora no se dio a conocer si en el anteproyecto de presupuesto para el 2023 se dispondrá de rubros para estas áreas. Las profesoras financian las carencias en las aulas con sus salarios.
Compran desde productos de limpieza hasta los pizarrones. Pero eso no cuenta para los administradores de Hacienda, que proponen aumentar sus aportes jubilatorios y que se retiren de las salas de clase con más edad, a los 55 años para poder paliar con el déficit de la Caja Fiscal. Un déficit que, según los educadores, fue creado por la entidad estatal al utilizar los fondos para la administración del Estado. Este panorama nos indica que se debe transformar todo o no cambia nada en educación. Las señales de que esto ocurra con la Transformación Educativa están lejos de ser alentadoras.