–¿Considera que el país está preparado para enfrentar las semanas más difíciles que se vienen, según lo anunciado por la directora de la OPS?
–El país tiene desafíos en su sistema de salud, deudas históricas, que se están reduciendo gradualmente. No obstante, no existe ni un país del mundo que pueda preparar en un 100% su sistema de salud. A lo que nosotros tenemos que apuntar es a aquellas cosas que se puedan hacer en el tiempo que tenemos, prepararnos lo mejor posible en los términos de la capacitación de nuestros recursos humanos, de la adquisición de biomédicos, sobre todo de la adquisición de equipos de protección personal. Creo que la certidumbre es poder mejorar lo más posible en torno a este desafío y dejar una capacidad instalada.
–¿Cuánto se ha invertido en esta contingencia?
–A la fecha tenemos invertido unos 15 millones de dólares, lo hemos hecho principalmente con la estrategia de cooperación de organismos multilaterales. Ahora con la herramienta nueva que nos ha proveído el Congreso con la Ley de Emergencia, estamos orientando también los primeros 100 millones de dólares en los ámbitos de insumos, equipos biomédicos estratégicos, equipos de protección personal. Ese es el énfasis que estamos haciendo actualmente. Todavía no se ha utilizado todo eso y lo estamos haciendo enfrentando un enorme desafío logístico, no solamente para la fabricación, el traslado de estos equipos. Incluso tenemos que sortear los obstáculos de los países que están adoptando medidas de contingencia, en donde incluso confiscan directa o indirectamente el producto adquirido por otros países.
–¿Con cuántas camas contará el país?
–Nuestro objetivo apunta a lograr unas 300 camas de terapia intensiva. Un tercio de ellas van a estar instaladas en hospitales del sistema de salud, tanto de salud pública, como del Ineram, Hospital Nacional y otros hospitales del interior de la República. Y también dentro del Hospital Ingavi y del Instituto de Previsión Social, puesto que tenemos en estos momentos una estrategia conjunta de todo el sistema de salud pública, que incluye también al IPS, a la fuerza pública, a la Universidad Nacional. Estamos hablando también de unas 1.200 camas convencionales a lo largo de todo el país. Todas estas camas van a ser de alguna manera capacidad instalada, puesto que luego serán distribuidas en varios establecimientos de salud nuevos que necesitan esto y también para ir renovando. Una gran parte de los hospitales de campaña de contingencia van a ser redistribuidos luego a otras zonas del país para ir renovando el parque biomédico.
–¿Cuál sería su mayor temor en esta situación actual?
–Más que temor hay que plantear esto como un desafío que tenemos. He hablado del problema logístico a nivel mundial. Una de las cosas que priorizo y es mi preocupación es poder dotar al personal de blanco de los equipos de protección personal que necesitan. También es importante que la gente no caiga en un desgaste y que pueda sostener estas medidas; aun cuando tengamos un mejor escenario tenemos que acostumbrarnos a vivir con nuevos estándares Covid-19. Eso significa hábitos de higiene, de un mínimo distanciamiento. Ese tipo de cosas es muy importante que la gente incorpore a su vida diaria.
–¿Qué lecciones dejó la reciente epidemia de dengue?
–La epidemia del dengue muestra las dos caras de nuestro sistema de salud. Por un lado desnuda la fragilidad que todavía tenemos. Pero también muestra los avances que se han dado en los últimos años y cuando tenemos un personal de blanco enfocado y con directrices claras, se puede ser extremadamente eficiente aun en las peores condiciones del impacto que genera una epidemia. Hemos aprendido de las lecciones de los métodos virtuales de capacitación, de llegada, de liderazgo de los diferentes directores de los hospitales. Creemos que todo eso puede aplicarse en este nuevo desafío que representa la pandemia del Covid-19.
–¿Es suficiente mantener la cuarentena total una semana más?
–La evaluación de la cuarentena debe realizarse paso a paso, semana a semana, como lo venimos haciendo con la mayor prudencia posible. Y en la medida que estemos más fortalecidos como sistema de salud, que mejoremos nuestra capacidad de testeo, nuestra vigilancia. Ha habido muchísimos avances en ese sentido, tanto las medidas de distanciamiento social que han logrado sus efectos y debemos sostener y capitalizar en el tiempo. El sistema de salud sigue mejorando en su preparación, aún falta bastante, así que este tiempo nos va a ayudar mucho en ese sentido. El testeo está aumentando y esperemos que aumente aún más, con la llegada de insumos para pruebas y test rápidos y complementarios. También siguiendo con el fortalecimiento, capacitación y establecimiento de capacidades de bioseguridad en los laboratorios y nuevas estrategias para mayor llegada. La Vigilancia de la Salud también incluye algunos protocolos que nos permiten ahora albergar a algunos pacientes positivos. Todo va a contribuir a prepararnos. La preparación hay que valorarla semana a semana y visualizando algunas estrategias de tratamiento, de prevención y también considerando alguna flexibilización a mediano plazo.
–¿Qué le parece el nivel de acatamiento de la cuarentena?
–Creo que el balance del acatamiento del país es bastante positivo. Hemos visto algunos días en que pareció relajarse y creo que de alguna manera somos un poco víctimas de este efecto positivo inicial porque la gente tiende a relajarse o a subestimar. Es muy importante que no haya ningún tipo de triunfalismo, aquí estamos logrando objetivos, estamos ganando tiempo. Creo que el balance es bueno, hemos recuperado esa sensación de solidaridad. Y bueno, creo que todavía necesitamos afianzar el sentido de conciencia y solidaridad. Y sobre todo también luchar contra el cansancio que generan este tipo de medidas, pero entender que son absolutamente necesarias.
–¿Lee los comentarios que le dejan en Twitter?
–Me queda muy poco tiempo para valorar todos los comentarios que se generan en el Twitter, soy una persona de perfil muy bajo, entonces este nivel de exposición aumentado más allá del cargo no me resulta muy natural. Me hacen llegar algunas veces algunos comentarios que realmente tomo como muestras de cariño y las tomo también en nombre de un enorme equipo, formidable, que me acompaña y de más de 40.000 funcionarios que tienen un compromiso y una mística en su trabajo alrededor de la salud en su inmensa mayoría. Así que realmente sentir ese cariño y ese acompañamiento de la gente es conmovedor muchas veces y realmente da muchas fuerzas para poder seguir adelante con estos desafíos.
–¿Qué le parece el gran apoyo que le da la población?
–Estoy muy agradecido con el gran apoyo que siento de parte de toda la población. Entiendo ese apoyo como algo que reconoce un esfuerzo importante, pero sabe también que se puede dar con algunos errores que vamos corrigiendo. También se basa en un contrato que tengo con la gente, un contrato moral, ético, en el cual la información se traslada con transparencia y prontitud, sea cual fuera esa información. Siento que ese código tácito entre nosotros está bien aceitado y pretendo mantenerlo así. También agradezco el apoyo del señor presidente, quien finalmente toma las decisiones y no ha dudado en respaldar a Salud, entendiendo que la salud pública está por encima de todo. Realmente conmovido muchas veces con tantas muestras de cariño.
–¿Le interesaría postularse a un cargo en las elecciones?
–Mi único horizonte es el Ministerio de Salud Pública, estoy enfocado 100% en ello y tengo un enorme privilegio y una gran responsabilidad de llevar adelante esto. Ser inspirado por más de 40.000 funcionarios tan dedicados a su labor y un equipo cercano formidable que está haciendo una gran tarea, a pesar de las dificultades sistémicas de infraestructura del ministerio y grandes deudas históricas.
–Muchos dijeron no en su momento, pero luego aceptaron postularse.
–Tengo un compromiso con la patria, con la familia y con el señor presidente, que se circunscriben exclusivamente a mi rol como ministro de Salud.
–Se rumoreó que usted había pensado renunciar luego de que se anunció un levantamiento parcial de la cuarentena.
–En ningún momento ha pasado por mi cabeza presentar renuncia. No lo he hecho antes ni tampoco en esa ocasión.
–¿Cómo lidia con la gran presión que significa estar en su cargo, más aún en este momento?
–El estar calmado no implica no tener un sentido de urgencia o de preocupación o de responsabilidad. Naturalmente lo que hacemos es tratar de administrar nuestros propios temores e incertidumbres y enfocarnos en la tarea de resolver los problemas que tenemos por delante o paliarlos. En ese sentido se aproxima mucho a lo que como médicos hacemos constantemente con los pacientes. Entonces estimo que esa es la intención que se busca. Buscamos una estrategia como para poder sacar el máximo provecho de nuestras potencialidades.
–Muchos tienen planes como para celebrar el momento en que haya pasado toda la pandemia. ¿Usted también?
–Una de las cosas que genera esta pandemia es darnos cuenta del valor que tienen muchas cosas que damos por sentado. Estrechar la mano de alguien mirándole a los ojos, un fuerte abrazo a los amigos, a los familiares cercanos, el poder valorar a nuestros padres, a nuestros hermanos, hermanas, a nuestros hijos, a nuestra familia extendida, todo eso. Y realmente una de las cosas que me gustaría es darle un gran abrazo a varios amigos con sus parientes y poder volver al fútbol con compañeros de equipo.
–¿Qué le diría al país?
–Al pueblo paraguayo mi mensaje es que vamos a superar esta pandemia. Y lo vamos a hacer mirando al alma de la nación paraguaya, al disco duro, al chip que nos constituye como nación. Y que está lleno de coraje, de resiliencia y solidaridad. Al personal de blanco, decirles que estamos hoy llamados por la patria a ser los héroes civiles, a enfrentar un escenario difícil. Estoy seguro de que vamos a estar a la altura y vamos a dar ese paso que necesitamos. Lo vamos a hacer administrando nuestros temores, nuestras incertidumbres, pero sirviendo al semejante, que es lo que describe de manera más integral la vocación de la gente que trabaja en los hospitales. También el personal administrativo, limpiadoras, peones, de ambulancias, todo tipo de funcionarios. Y con la ayuda de Dios vamos a estar todos superando esto y ojalá cada uno de nosotros pronto pueda estar abrazando a sus seres queridos y a todos los amigos y volver a nuestras vidas cotidianas, seguramente con algunos cambios, pero valorando mucho más aquellas cuestiones que ya dábamos por sentado.
Perfil del ministro de Salud Pública
Egresado en el cuadro de honor de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA, el ministro de Salud, Julio Mazzoleni, nació en Asunción el 19 de diciembre de 1971. Es casado y tiene dos hijos. Realizó la residencia en medicina interna, además de una especialización en Reumatología, en la Universidad Emory, de Atlanta, Georgia, Estados Unidos. Fue también jefe de Reumatología en el IPS.